28/1/2012 |
"Estamos muy felices y contentos de que Zubin Mehta vuelva también durante la temporada a dirigir una obra así. Jonathan Miller y él son fieles a la obra y es una garantía de calidad y tradición. Limpios de adornos, florituras, apoyaturas… Siempre hemos presentado así la música y la palabra. Es Mozart puro. Mozart no necesita ninguna interpretación", señalaba ayer Schmidt, justo antes de comenzar el ensayo general de la función con un patio de butacas repleto de estudiantes. "Es que es el público del futuro, lo hacemos con mucho gusto. Quiero que tengan la posibilidad de aprender y amar al música. Tengo un gran interés en el proyecto didáctico".
Esta obra, explicaba Schmidt, no se pudo hacer "en la temporada inaugural con Lorin Maazel porque se cayó una plataforma del escenario". Pero todo el trabajo que se hizo, también el vestuario, se conservaba y la producción, asegura la intendente, no ha costado prácticamente nada en ese sentido. Una bendición en estos tiempos de recortes. De este modo, el coliseo valenciano puede cerrar la trilogía Mozart-Da Ponte.
Miller ha ideado para esta producción lo que él llama una "caja negra" que sirve para toda la función. Sobrio y austero. "No cambia, pero es muy fluido. Es un director que ama la música y la sigue de forma muy fiel. Permanece en el periodo, fiel también al libreto de Da Ponte. Todo es lógico y creíble, sin tonterías. No hay ni una nota ni una palabra más allá de lo escrito. Y eso es lo más fácil y lo más difícil del mundo", resalta Schmidt. No esperen, pues, ninguna reinterpretación o adaptación moderna al estilo de Peter Sellars. "Respeto mucho a Sellars, es un gran artista. Pero yo tengo aquí un Don Giovanni que es simplemente fiel a lo que se escribió. Es una producción que podemos reponer hasta el infinito. Una producción de Sellars es interesante para verla una vez, pero prefiero que no sea una cuestión de moda", apunta Schmidt.
El bajo-barítono Nicola Ulivieri encabeza el reparto, en el que figuran habituales intérpretes de Mozart como Anna Samuil, Dmitri Korchak, Alexánder Tsymbalyuk y David Bizic. La obra, que se estrena mañana, se representará en seis funciones hasta el 9 de febrero.
Daniel Verdú
El País