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Los recortes podrían reducir más la temporada del Liceo

13/1/2012 |

 

El director general no tomará medidas definitivas has que el Ministerio de Cultura no confirme el aporte económico.

Y vuelta a la incertidumbre. La alegría generalizada que significaron ayer en el Liceo la entrega de sus Medallas de Oro a cuatro artistas (Scotto, Silja, Estes, Ros Marbá) muy vinculados al Gran Teatro y el apoyo unánime a la entidad de todas las administraciones, incluyendo el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, cuyo representante en el acto, el secretario de Estado de Cultura José María Lasalle, debutó ante los micrófonos, no evitó que muchos de los presentes tuvieran la mente puesta en el futuro del coliseo.

El anuncio efectuado el pasado mes de septiembre por la Generalitat de que volvería a rebajar en un 15 por ciento su aportación al ya mermado presupuesto liceísta (a aplicarse sobre el que ahora está en curso, de 48.417.000, muy lejos de los 58 millones de la temporada 2009-10) y la incertidumbre que crea la espera de los Presupuestos Generales del Estado, que se presentarán en marzo, hacen que los rumores sobre nuevas medidas de ajuste se disparen.

El propio director general del Liceo, Joan Francesc Marco, afirmaba ayer a ABC que, por el momento, «no podemos anunciar ninguna nueva medida, porque hasta que el ministerio no nos confirme cuál será su aporte no sabemos en definitiva qué haremos», aunque matizaba que los recortes podrían afectar incluso a la actual programación. Las alternativas «son muchas», apuntaba Marco, «y no podemos cerrarnos a nada».

Entre las opciones que podrían barajarse se encuentra la de aplazar a próximas temporadas el programa doble de Zemlinsky «Eine florentinische Tragödie» y «Der Zwerg», previsto para abril; el «Pelléas et Mélisande», para junio y julio; la coproducción de «El giravolt de Maig», de Toldrà, con el Palau de la Música Catalana; y un ballet. Así como la cancelación de algún programa (como el ya pospuesto concierto de Diana Damrau) o, llegando a los extremos, proceder al cierre del teatro durante varios meses (de junio a octubre) o aplicar un ERE que afectaría hasta un 10 por ciento de la plantilla, incluyendo los cuerpos estables.

P. MELÉNDEZ-HADDAD
Abc