31/12/2011 |
El tenor participa en el Met en el estreno mundial de «La isla encantada», con música de Haendel, Rameau y Vivaldi.
Intentar cuantificar los papeles que ha abordado ya Plácido Domingo a lo largo de sus más de 50 años de carrera es tarea imposible. Ya hemos perdido la cuenta. Mañana sumará otro más a su extensísima lista, Neptuno, personaje de la ópera «La isla encantada» con la que cerrará el año el Met de Nueva York. Será la primera vez que el tenor madrileño encarne a un dios. Ya le quedan pocos escalones por ascender.
Con «La isla encantada» se revive una práctica, el «pastiche», muy habitual en el Barroco (hay quienes dirán que todavía hoy hay quien la realiza). Era utilizada por compositores de la talla de Monteverdi, Haendel, Vivaldi, Gluck, Haydn y Mozart, que a la hora de crear una obra nueva a veces optaban por realizar un «corte y pega». Esto es, recuperar partes de algunas de sus viejas partituras para implantarlas en otra nueva.
Eso es lo que ha hecho ahora el Met, o al menos se lo ha encargado a alguien para que lo haga y así alumbrar «La isla encantada», una ópera de casi tres horas de duración que se estrena mañana. La obra reúne música de compositores conocidos, como Haendel, del que se escucharán fragmentos de Alcina, Ariodante, Susanna,Semele, Il Trinfo del Tempo e del Disinganno..., Vivaldi (Il Farnace, Griselda, Bajazet...), Rameau (Castor et Pollux, Hyppolyte et Aricie, Les fetes d'Hébe...), Purcell..., y otros menos conocidos, como André Campra o Jean-Marie Leclair.
El encargado de asumir el reto ha sido Jeremy Sams, director, compositor y traductor británico, que durante varios años se ha dedicado a inspeccionar el pasado musical barroco —italiano, francés...— recopilando las piezas que pudieran encajar con el argumento. Un argumento que tampoco es original, o sí, según se mire. El texto es una combinación de dos de las obras más conocidas de Shakespeare, «La tempestad», de donde sustrae la isla de Próspero, y «Sueño de una noche de verano», que le inspira para dar cuerpo a los cuatro amantes.
La elección del elenco protagonista vino después. Un reparto de voces de lujo «que se interesaron por el proyecto y estaban libres», recuerda Sams: Joyce DiDonato, David Daniels, Danielle de Niese y Luca Pisaroni, Lisette Oropesa.
En el foso se situará un experto en el repertorio barroco, William Christie, que subraya como para los grandes compositores del periodo barroco la práctica del «pastiche» fue habitual. «Haendel lo hizo todos los días de su vida. La idea del plagio simplemente no existía. El único requisito era hacerlo bien».
La ópera, que será retransmitida en cines, podrá ser vista en España el 21 de enero en varias salas de nuestra geografía.
SUSANA GAVIÑA
Abc