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Enquesta

José Bros: "Quiero conseguir la pureza cristalina del tenor lírico"

18/10/2011 |

 

El cantante catalán celebra mañana en el Teatro de la Zarzuela los veinte años de su debut sobre los escenarios con un recital que incluye romanzas y canciones inéditas en su carrera.

“Desde el corazón». Así se llama el recital que mañana ofrecerá el tenor catalán José Bros en el Teatro de la Zarzuela, un escenario sobre el que le hemos visto muy a menudo durante los últimos años y en el que ha recibido siempre el cariño del público. Mañana será otra oportunidad para ello, pero en esta ocasión más especial pues será el primero de los conciertos en los que recuerde los 20 años de su debut profesional, «después de cuatro años probando…», afirma Bros. «Será una temporada de celebraciones, recorriendo algunos de los escenarios en los que debuté, como la Ópera de Bilbao donde voy en noviembre a cantar Romeo y Julieta», papel que debuta aunque ya ha interpretado algunas de sus arias.

Para este primero, en el que el tenor estará acompañado por el director de orquesta José María Moreno -que debuta en la Zarzuela-, ha elegido un programa «variado, sentido e interpretado desde el corazón... porque la música y los sentimientos tienen que salir desde el corazón». En él se combinan canciones populares, «que interpretaba de niño con mi padre», como «Amapola» de Lacalle, «El día que me quieras» de Gardel, «Granada» de Lara, a las que se suma «Canto porque estoy alegre» de García Abril, «llena de poesía»; con romanzas de zarzuela que no ha interpretado mucho, como «La roca fría del calvario», de La dolorosa, o que le traen gratos recuerdos, como «Flor roja», de Los gavilanes, «que fue mi primera zarzuela cuando aún no había empezado mi carrera profesional». Para dar un respiro al tenor, Moreno ha incluido cuatro preludios de obras muy populares: La revoltosa, La boda de Luis Alonso, El tambor de granaderos y La leyenda del beso.

Carrera seria y meditada
Fue el 15 de noviembre de 1991 cuando Bros pisó por primera vez un escenario como profesional, interpretando a Don Ottavio de Don Giovanni en la Ópera de Sabadell. Desde entonces han pasado «volando» veinte años, en los que el tenor ha desarrollado un carrera seria, meditada y apoyado siempre por el público. Centrando en esta etapa más en el bel canto, Bros se confiesa un hombre inquieto: «Es muy fácil acomodarse, pero mi carrera se ha basado y lo sigue haciendo en el esfuerzo, en mejorar y en afrontar retos». Eso sí, con calma: «Quiero frenar un poco la agenda y disfrutar cada momento. Estoy aprendiendo a no anticiparme, a disfrutar del presente».

En los últimas temporadas, el artista ha querido hace más hincapié en la música francesa. «Mi madurez vocal se encuentra bien en ese repertorio», pero ya tiene en mente otros caminos que le gustaría transitar en un futuro, siempre que se adapten a su registro: «Siempre escucho mi voz», asegura. Una voz que no ha buscado o trabajado de manera consciente. «Es ella la que me ha encontrado a mí y trato de tener una buena relación con ella y mimarla -bromea- Iré adentrándome en Verdi, pero sin hacer Aida o Trovator». Y se ha marcado un reto: «Quiero conseguir la pureza cristalina del tenor lírico lírico»

Intérprete que siempre ha mantenido una extraordinaria empatía con el público gracias a su expresividad, Bros reconoce que los sentimientos le han puesto a veces en situaciones difíciles, por eso «es importante contener las emociones», aunque reconoce que «poner el limitador de emoción es lo más desagradable de esta profesión».
De estos veinte años sobre el escenario, el tenor que ha tenido de «defender personajes que me han gustado», y el «buen ambiente» que casi siempre se ha encontrado entre sus compañeros. En cuanto a lo que no tolera en su trabajo, es tajante: «la mala educación. Uno tiene que hacer sus deberes en casa y saber comportarse».
Con dos décadas que avalan sus trayectoria, onfiesa que su mayor preocupación «es mejorar», y es consciente de que, «como todos», tiene días buenos y otros no tanto, «pero parece que cuando tienes 60 días buenos y uno regular, el único que cuenta es éste último. Y no es así. Hay días que uno tiene inspiración y otros que no». De cualquier manera se muestra positivo: «Hay que mirar hacia adelante».

Sobre futuros proyectos en el Teatro Real, donde sus últimas interpretaciones fueron Rigoletto y Werther, afirma que tiene algunos pero prefiere no desvelarlos. «Se sabrá en cuatro o cinco meses», cuando se presente la próxima temporada. Sobre la polémica de la falta de cantantes españoles en la programación de este teatro, le quita hierro al asunto bromeando: «Que no cunda el pánico».

Susana Gaviña
Abc