Ellington & Stravinsky: Sugerente punto de encuentro
12/1/2003 |
ELLINGTON & STRAVINSKY
Obras: “Impressions of the Far East” (1964), de Duke Ellington, “Ebony Concerto” y “Concierto para piano e instrumentos de viento”, de Stravinsky
Intérpretes: Orquestra de Cambra Teatre Lliure. Xavier Figuerola, clarinete; Lluís Vidal, piano y dirección; Josep Pons, dirección
Lugar y fecha: Teatre Fabià Puigserver. (9/I/2003)
Cada reaparición de este proyecto que se llama Orquestra de Cambra Teatre Lliure deja un mensaje, plantea ideas, propone reflexiones, genera entusiasmos. Qué importante sería que en algún momento no lejano pudiese disponer de apoyos institucionales, de colaboraciones de la empresa privada que le permitieran desarrollar una programación afín a su perfil, que abundaría sin duda en sostener esa característica que distingue a Barcelona de las demás ciudades de España y de muchas del mundo.
La Orquestra de Cambra del Lliure, que ahora dispone de una magnífica casa, de un entorno privilegiado y como tal de un ámbito de acción envidiable, ha dicho cosas muy importantes para la cultura española y ha definido su identidad. Años atrás planteó nuevos caminos interpretativos para la obra de Falla, sobre la que hay un antes y un después: Falla siempre había considerado que su obra tenía en Catalunya un eco especial. Y en cada propuesta nueva sigue sugiriendo, con programas no convencionales y además con un gran apoyo del público.
A sala llena, en esta ocasión el tema fue el jazz, la música del hombre negro en aquella tan particular sociedad americana en la que en años de crisis europea cundían las esperanzas de los que a ella llegaban. Y allí estaban por supuesto tanto Duke Ellington como Igor Stravinsky. La suite “Impressions of the Far East” (1964), de Ellington, no duda en inmiscuirse en el tópico orientalizante –¡tópico, pero qué música!– que trata con un sensible desarrollo armónico y tímbrico y con arrebatador contenido melódico bien comprendido por los solistas del conjunto dirigido por Vidal.
A este terreno de lo actual llegó Stravinsky, a quien el jazz ya había motivado desde años atrás, con su “Ebony Concerto”, de 1945, estilizado en términos tímbricos y armónicos, del que la orquesta y el clarinetista Figuerola, bajo la eficaz batuta de Pons, dieron una versión en la que el swing no estuvo ausente.
Cerró el programa el “Concierto para piano e instrumentos de viento”, de Stravinsky, con Lluís Vidal como solista, personal, muy musical, a la que sumaron su calidad los solistas de viento de la orquesta, que, además de algunos de sus componentes históricos, contó con una plantilla de muy buen nivel. Un trabajo de dirección, con personalidad en ambos casos, selló este sugerente nuevo punto de encuentro.
Jorge de Persia
La Vanguardia