23/10/2010 |
Candidato a la presidencia del Orfeó Català, reivindica su capacidad de gestión, basada en la experiencia acumulada en el Col•legi d'Agents Comercials, que preside desde hace seis años.
Enric Enrech (Barcelona, 1947) utiliza muchas veces la expresión Orfeó Català y muy pocas Palau de la Música. En su primera aparición pública desde que anunció su candidatura a la presidencia de la institución, Enrech reivindica un regreso a las esencias, al Orfeó primigenio. Sus bazas, asegura, son su conocimiento de la entidad, de la que es socio vitalicio y en la que se ha divertido como cantaire desde niño. Pero también reivindica su capacidad de gestión, basada en la experiencia acumulada en el Col•legi d'Agents Comercials, que preside desde hace seis años. El que se perfila como rival de Mariona Carulla en las elecciones del 24 de noviembre promete, por encima de todo, "aire nuevo".
Enric Enrech, esta semana en Barcelona / Ana Jiménez¿Qué debe hacer el Palau para dejar de ser noticia por lo que viene siéndolo?
El hecho de que por primera vez haya elecciones ya es síntoma de salud democrática.
¿Qué cree que aportaría usted en esta presidencia?
La finalidad del Orfeó no es mercantilista. Hay que gestionarlo bien y conseguir dinero, por lo que necesita gente que sepa llevar empresas, pero al final, como reza el estatuto del Orfeó, hay que potenciar el Cant Coral y ser el pal de paller de las corales catalanas.
¿Cuál es su programa?
De entrada, transparencia. Nuestro objetivo cultural requiere que el Orfeó gestione el 100% de los 14 millones que mueve, y no sólo un 18%. Porque igual que el prestigio del Barça no lo da el Camp Nou, el Orfeó no puede ser conocido por el Palau. El Palau son sólo piedras.
¿En qué cree que su candidatura es mejor que la de su rival?
Venimos a abrir la ventana para airear. Somos todos nuevos: hay cantaires, socios vitalicios, socios protectores… es una candidatura con gente empresarial. Queremos crear comisiones que analicen la parte artística, la arquitectónica, la financiera y la comercial. Garantizar a los socios ventajas sociales: que cuenten con un menú y no tengan que pagar la croqueta a precio de turista. No hay entidad que desprecie más a sus socios que esta, pero ahora el presidente será cantaire.
¿Habrá un director artístico?
Contemplamos la comisión, también con gente de fuera del Orfeó.
¿La comisión programará?
No. Sólo será informativa.
Pero, ¿ustedes programarán?
Si nos sentimos capaces, ¿por qué no? Lo que decida la junta del Orfeó. No cuesta tanto, todos somos empresarios. Lo importante es que el Orfeó viva más. Que esos 14 millones puedan ser 18. Hay 490.000 personas que pasan por el Orfeó y 1.800.000 turistas vienen al Palau, y eso puede ir creciendo. Alquilar la sala no es incompatible con recuperar el sentido del Palau. No queremos que acabe como un equipamiento municipal.
¿Cómo afrontarán el recorte público?
Estoy recuperando a los 125 patronos de la Fundació, que ahora son sólo once. Esos patronos eran mecenas. Soy un gran mediador. Desde un punto de vista de marketing, a las empresas les interesa estar en el Orfeó. Mis relaciones con la administración son fluidas.
¿El presidente del Orfeó debe saber de música o ser un gestor?
Igual que el presidente del Barça no necesita ser futbolista pero sí saber de fútbol, el de una entidad cultural debe amar la cultura, en este caso, la catalana.
Como socio, ¿nunca sospechó de Millet?
Sólo lo saludaba en los conciertos y me parecía una persona normal.
¿Quiénes serán sus asesores artísticos?
He hablado con Ros Marbá y cuento con él; con personalidades del Liceu, directores de orquesta, que parece que me ayudarán; con Juventudes Musicales… Y si he de ir a buscar gente de fuera de España, lo haré. Si he de encontrar al Messi en Austria, iré.
¿Qué opina de que la programación de Palau 100 la gestione una empresa de Madrid?
Estamos en un mundo globalizado y si se programa desde Madrid supongo que es para aprovechar inercias de transporte. Lo que me preguntaré es si me pagan bien o si otro me da más calidad e ingresos.
¿No le preocupa que el Palau no tenga un estilo propio?
Algún socio se me queja de que Tomatito cante en el Palau. Para valorar eso hemos pensado en la comisión.
Un estilo propio dentro de la programación de clásica…
Se puede hacer una encuesta para descubrir la voluntad de los socios y el público. Si el 90% no quiere que se haga desde Madrid ya iremos a Viena. Yo ya tengo contactos internacionales con agentes comerciales. Para mí es fácil.
MARICEL CHAVARRÍA / IGNACIO OR
La Vanguardia