25/9/2010 |
La Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) interpretó un programa de Debussy, Chostakovitch y un encargo de Ramon Humet.
El joven director de orquesta asturiano Pablo González empezó a ejercer su titularidad este viernes por la noche al frente de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) en L'Auditori de Barcelona, inaugurando la temporada con un programa de Debussy, Chostakovitch y un encargo de Ramon Humet.
En declaraciones a Europa Press, González ha asegurado esta semana que la pieza de Humet, Música del no ésser, consta de cuatro movimientos y se inspira en un poema del monje zen Daido ichi'i. Los movimientos tercero y cuarto (Blancor de neu y Núvols brillants) son el encargo que le ha hecho L'Auditori y los únicos que interpretó en primicia la OBC. Los dos primeros, ya estrenados, no fueron incluidos en el programa porque toda la pieza tiene un minutaje muy largo (40 minutos) y "requería mucho trabajo" que los músicos aprendiesen tanta música nueva.
La obra de Humet, que no existía "hasta que no la ha tocado la OBC", es detallista y tiene un lenguaje en el que el director se siente cómodo, ha explicado. El propio Humet ha añadido que "el perfume de la música" se percibe cuando se interpreta, por lo que esperaba con ansia el día del estreno. Antes, a partir de mañana, ha asistido a las seis horas diarias de ensayos de la OBC.
Las piezas de Debussy y Chostakovitch fueron, respectivamente, El preludio a la siesta de un fauno y la Séptima sinfonía.
"Ideas locas"
González ha asumido que a veces tiene "unas ideas locas", por lo que programar junto al gerente de la orquesta le va "bien" para elegir. En todo caso, espera poder levantar su batuta ante la OBC en una cárcel o un hospital, algo que le encantaría hacer aunque "no tiene nada de original" porque conjuntos como la Orquestra Simfònica del Vallès ya lo han hecho.
El asturiano estuvo enfermo durante siete años del síndrome de fatiga crónica (SFR), y estuvo otros cinco sin trabajar, recuperándose. Tras tratarse en Estados Unidos e Inglaterra, adquirió "mil herramientas para sanarlo", pero sólo en él, ha aclarado.
La Vanguardia