17/9/2010 |
Celebra este jueves sus 80 años en el 'Miguel Delibes' de Valladolid. 'A mi generación le faltaba el contacto con la ópera'
El crítico Gonzalo Alonso señala que es el compositor español contemporáneo con más líneas en el Grove, la Biblia de la música, y el compositor Sánchez Verdú le declara su admiración "por su convicción ética y estética". Palabras dedicadas a la figura de Cristóbal Halffter, de quien la Orquesta Sinfónica de Castilla y León conmemora hoy su ochenta cumpleaños con un concierto dirigido por el propio Halffter en el Auditorio vallisoletano, que tendrá su continuidad en León el 17 de septiembre. Interpretarán el preludio de Parsifal, la segunda suite de El sombrero de tres picos de Falla, y Tiento y batalla y Ritual, del compositor homenajeado.
¿Podría reconstruir lo que ha sido su vida como compositor a través de datos como sus estudios con Conrado del Campo o su primer concierto a los 19 años?
Mi carrera la empecé con mi madre y con la presencia de mis tíos Ernesto y Rodolfo, con lo que el ejemplo estaba en casa. Con del Campo aprendí muchas cosas, entre ellas a valorar la importancia de la música en la cultura y la necesidad de conocer la tradición. Después, en mi afán de ser yo, tenía que empezar solo aunque no supiera bien por donde, y lo hice con Scherzo de 1951, que fue premio fin de carrera de Composición y estrenó Radio Nacional. Luego, según iba avanzando, me daba cuenta de que no se podía vivir en esa España pequeña y provinciana de los años 50 y me atreví a salir fuera para enterarme de lo que pasaba.
¿Cómo pudo salvar esa fractura que se produce en España tras la Guerra Civil?
Es un golpe tan brutal, que en España la Generación del 27 se quedó truncada, no se les podía pedir que siguieran con su obra desde el exilio, y Conrado del Campo fue mi enlace con la tradición. Siempre digo que en este aspecto musical fui educado por mi abuelo, no por mi padre, y aunque es muy bueno porque se aprenden muchas cosas, no lo es tanto porque falta el entronque con la generación anterior a ti, que no estaba en España.
¿Háblenos de lo que supuso para usted el estreno de Microformas, en 1960, y de la Cantata de los Derechos Humanos?
Microformas tuvo un estreno algo conflictivo pues era la primera vez que la Orquesta Nacional tocaba una obra de un joven de 30 años, lo que hizo que parte del público no reaccionara positivamente. Al menos sirvió para que se dieran cuenta de que era hora de que llegara eso.
Agustín Achúcarro
El Mundo