6/11/2009 |
La Orquesta Nacional homenajea a Cristóbal Halffter con su 'Carta Blanca'
El compositor madrileño estrenará su última obra y dirigirá a la formación
La 'Carta Blanca' de la Orquesta y Coros Nacionales de España se estrena con un músico español. Tras los homenajes que la formación dirigida por Josep Pons ha dedicado a personalidades extranjeras, su sexta edición la protagoniza Cristóbal Halffter.
A partir de este viernes la OCNE inicia un ciclo de actividades en torno al compositor nacido en Madrid (1930) formado por dos conciertos sinfónicos, uno de ellos compuesto para la ocasión por Halffter, tres de cámara, conferencias, proyecciones de su segunda ópera 'Lázaro' y la edición de un libro sobre su trayectoria que terminarán el 19 de noviembre.
Los actos suponen la vuelta del compositor a una Orquesta con la que debutó el 1 de abril de 1954 dirigiendo su 'Concierto para piano y orquesta', aunque ya de adolescente pisaba habitualmente sus instalaciones. "Yo prefería ir con mi tío Ernesto a sus ensayos antes que ir al cine con mis amigos", recuerda más de seis decenios después, en vísperas de su regreso.
"Toda la vida llevo dando vueltas a lo mismo", responde el maestro cuando se le pregunta si se reconoce en aquellas composiciones que hizo al principio de su carrera. "Todos los compositores hacemos una obra en nuestra vida, una obra continua y con variaciones, más madura, pero que sólo es una y permanente", asegura un creador que empezó con lo se ha dado en llamar música nacionalista y abrazó con furor luego las vanguardias de mediados del siglo pasado. "Fueron momentos muy apasionantes en los que, como teníamos una vida musical tan pobre en España, nos deslumbraba cada vez que conocíamos algo nuevo en Europa y nos provocaba una auténtica revelación".
De esa época también recuerda la batalla por introducir en su tierra a los nuevos faros de la música del momento y aprender de ellos para crear su propia obra. "A mí no me preocupaba si me iban a reconocer o no por eso, lo que buscaba era la interpretación que yo podía hacer de la aletoriedad o la movilidad, que era lo que estaba entonces". Y acercar, por lo tanto, la alejada vida musical española a la europea, una situación que ya no se da tanto.
"Todavía hay diferencias respecto a países como Alemania o Estados Unidos, donde asistir a un concierto o a una obra de teatro forma parte es tan normal como ir al cine". Pero la distancia es mucho menor como prueba, por ejemplo, "la coexistencia de compositores de varias generaciones, de 30 años en adelante", con los de la llamada Generación del 51 a la que pertenecen Halffter, Luis de Pablo o el fallecido Carmelo Bernaola.
Todos ellos estarán de alguna forma en la 'Carta Blanca' de la Orquesta Nacional para la que ha compuesto 'De ecos y sombras'. El maestro dirigirá a la formación en un programa (11-13 de noviembre) formado por otras dos obras suyas "entre las que está el 'Concierto para violonchelo y orquesta num 2' que interpretará Asier Polo" y 'Circus Polka' de Stravinsky.
"Mi reflexión es sobre dónde termina el eco y la sombra de cada uno cuando llega la luz". Para el maestro el hombre debe dejar huella de su paso por el mundo, porque "vive mientras alguien, por el motivo que sea, le recuerda y muere cuando todos le olvidan". En su caso espera que de él quede "una sombra, aunque sea débil". Y cita el caso de Juan del Enzina, de quien cada poco tiempo se reabre la polémica por dónde están enterrados sus restos, si en León o Salamanca, cuando "sus auténticos huesos son la música que hizo".
Rafael Esteban
El Mundo