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Enquesta

Bartoli arranca gira en el Real

4/4/2009 |

 

 

La austeridad presupuestaria ha propiciado la presencia de las compañías españolas en esta 24 edición del Festival Madrid en Danza, que comienza el 14 de abril. Aun así, actuarán reputadas formaciones internacionales como la Random Dance, los Ballets de Monte-Carlo y la de Cunningham.

El mundo me quiere, pero Italia me ignora”. Así de contundente se mostraba Cecilia Bartoli en una entrevista a un diario italiano. La gran prima donna se estrenaba en la polémica. Y todo por bajarse de los escenarios que la han consagrado para subirse a la rulot de los recitales. Lo hizo con la memoria de María Malibrán hace un año, y ahora regresa, dentro del festival Ellas Crean, en una Soirée Rossiniana con el pianista Sergio Ciomei, al Teatro Real de Madrid (el jueves 16), el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid (18) -donde acaba de grabar un disco dedicado a Hasse y a Händel, junto al Il Giardino Armonico- y el Palau de la Música de Barcelona (22).

La romana es consciente de que las mezzos son una especie en peligro de extinción. Como María Callas, Monserrat Caballé o la propia Malibrán, ha aprendido a sobrevivir en los recodos del repertorio prerromántico y belcantista. “Crecí pensando que el rol de Amina estaba pensada para una soprano”, cuenta a El Cultural con motivo de su última Sonnambula, junto al tenor Juan Diego Flórez, de la que se rumorearon ciertas desavenencias. “Pero no es cierto. Giuditta Pasta o la propia Malibrán son un ejemplo de versatilidad”. Bartoli encarna frecuentemente a mujeres luctuosas, tocadas por la fatalidad, proclives a la tragedia. Nada que ver con el desparpajo y el entusiasmo que emanan del personaje real. Salida de un programa de talentos italiano, no tardó en llamar la atención de Chailly, Barenboim y Karajan. A sus 43 años, ha coronado la cima de Salzburgo, es asidua a las programaciones de la ópera de Zúrich y se ha encaramado varias veces a lo más alto de las listas de éxitos pop. “Pretendo que mi voz vaya alcanzando, poco a poco, nuevas dimensiones sonoras”, sentencia.

Benjamín G-ROSADO
El Cultural