15/11/2008 |
Las obras halladas pertenecen a la etapa de juventud, cuando el compositor tenía entre 18 y 27 años.
Nacida hace año y medio para difundir la obra y preservar la memoria de Frederic Mompou, fallecido en 1987, la fundación que lleva su nombre se instaló hace unos meses en el primero segunda del número 108 del paseo de Gràcia, donde vivieron el compositor y su esposa, Carmen Bravo, desaparecida en mayo del 2007. Durante las obras de adecuación del despacho del músico se encontraron dos carpetas que guardaban lo que bien podría considerarse la música secreta del autor de Música callada:una cuarentena de obras inéditas para piano.
Los desconocidos manuscritos fueron creados por Mompou en su época juvenil, cuando tenía entre 18 y 27 años. A ello hay que sumar el reciente descubrimiento de otra decena de obras inéditas entre la colección de materiales de Mompou que Carmen Bravo donó a la Biblioteca de Catalunya, en este caso la mayoría de ellas de la década de los cuarenta. Todo ello supone un fantástico hallazgo, un hito en el conocimiento de la obra de Mompou. Quizá a su pesar, cabría añadir. Y de ahí lo de música secreta.
Lo explica Mac McClure, pianista estadounidense afincado en Barcelona y especialista en Mompou: "Estudiando las obras compruebas que varias de ellas contienen partes que Mompou usó luego en obras posteriores. Él era muy exigente y perfeccionista y no le gustaba repetirse, de ahí que mantuviera estas obras en secreto. Pero el retomar materiales propios ha sido una práctica habitual en la historia de la música". En todo caso, Mompou no destruyó las obras ahora descubiertas y es sabido, como contó su viuda, que era muy dado a romper las partituras que no le convencían. Mac McClure considera muy importantes los recientes hallazgos "por tres razones: la primera es que algunas de las obras son estupendas, a la altura de algunas de las piezas del catálogo oficial; en segundo lugar, estas obras de juventud son un instrumento fundamental para comprobar cómo Mompou fue construyendo su lenguaje propio, a partir de las influencias de Scriabin, Fauré y otros autores; por último, hay una razón cuantitativa: el catálogo de Mompou es tan corto que cualquier nueva pieza tiene interés y ahora se han encontrado un buen montón".
En una estimación apresurada, McClure calcula que el hallazgo supone casi una cuarta parte de las obras conocidas de Mompou. Son piezas breves, de unos pocos minutos (sobre las que construía ciclos). En total una hora y media de música. "Hay algunas muy curiosas, como un tango o un foxtrot muy bien escrito. Un foxtrot pre-Gershwin, puede decirse".
Con la colaboración de Joventuts Musicals de Barcelona, la Fundació Frederic Mompou, que ahora preside Joan Millà, ha organizado un ciclo en el Ateneu Barcelonès en el que McClure y el pianista Jordi Masó darán a conocer todas las obras. Serán en total cuatro sesiones, los días 22 y 29 de noviembre, y 13 y 20 de diciembre.
Marino Rodríguez
La Vanguardia