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Enquesta

Bartók también es pop

31/10/2008 |

 

Concierto de jóvenes intérpretes con la Orquesta Nacional de España.

 

¿Debe alzarse a Madonna al nivel de Brahms? Algunos asentirán, muchos se rasgarán las vestiduras. Pero podría decirse que, si existen una alta y una baja cultura, al menos éstas deberían ser compatibles. Con ese ánimo, este viernes, la Orquesta Nacional se propone acercar la música clásica a nuevos públicos con un repertorio asequible y a precios populares.

Un concierto con piezas de Ravel, Saint-Säens, Chopin y Bartók inaugura en el Auditorio Nacional el ciclo 'Jóvenes Intérpretes', en el que profesionales que han destacado en el primer tramo de su carrera se subirán al escenario con los veteranos del conjunto.

Será un concierto muy melódico, asequible y atractivo para el público novato, según el joven director valenciano Rubén Gimeno, que dirigirá un programa en el que participan el violinista Serge Zimmermann y la pianista Laia Masramon. El precio, 7 euros, pretende dejar sin excusas a los que aún piensan que la clásica es para las élites.

"Hay que quitar el miedo que tiene la gente a aburrirse escuchando música clásica", dice Gimeno, que a sus 36 años ya ha dirigido varias orquestas sinfónicas. "Obviamente, a alguien que no se ha educado en ella le costará adentrarse en algunas obras, igual que a un lector le resultaría difícil entender a Kierkegaard a la primera", apunta Laia Masramon, una pianista barcelonesa que dio su primer recital a los 11 años. Como si un infante aprendiera a leer con obras de existencialismo.

"Obviamente, a alguien que no se ha educado en la música clásica le costará adentrarse en algunas obras, igual que a un lector le resultaría difícil entender a Kierkegaard a la primera"

"Yo no escucho música pop, mi hijo de 4 años me pide que le ponga discos de ópera, pero veo natural que existan las dos cosas. ¿Por qué la música no va a poder ser sólo entretenimiento?", se pregunta el director, que espera que los lectores puedan hacer ese planteamiento a la inversa: ¿Y por qué no probar a escuchar un CD de Mozart?

En la cima a los 30
En el camerino, guía e intérprete ultiman pequeños cambios en la partitura mientras el piano, cubierto de redondas y pentagramas, espera a que su dueño deje de hablar con el periodista para retomar el ensayo. "Para llegar a peinar canas en esta profesión hay que empezar cuando no las tienes", cuenta Gimeno, que resta importancia a la anécdota de su juventud. "Como en el deporte, cada vez se empieza antes y muchos directores están prácticamente en la cima de la profesión antes de llegar a los 30".

Es el caso del carismático Gustavo Dudamel, director de la Orquesta Simón Bolívar en Caracas a los 27 y responsable de la fama internacional del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Laia Masramon tiene la misma edad que el venezolano, pero no siente ni de lejos que se encuentre ya, a pesar de haber actuado en auditorios de todo el mundo, en lo alto de su carrera. "La obra de un músico madura durante toda la vida, lo bonito de esta profesión es que nunca tiene fin, siempre quieres hacer más y mejor", explica mientras recuerda nerviosa el precio de su talento: tener las 24 horas del día una partitura en la cabeza.

El 21 de marzo habrá una segunda oportunidad para los indecisos, también en Madrid. Esta vez con música de Prokofiev, Shostakovich y Elgar, el segundo concierto de los 'Jóvenes Intérpretes' correrá a cargo de Roberto Forés, Jesús Reina y Herbert Schuch.

IGNACIO DE LOS REYES
El Mundo