26/7/2008 |
El director teatral noruego, Stefan Herheim, estrena un espectáculo que "es el psicoanálisis político del país y su sistema patriarcal"
El Festival de ópera de Bayreuth comienza hoy con una nueva producción de Parsifal que, según el responsable de la puesta en escena Stefan Herheim, "hurga en la historia de Alemania como lo haría un psicoanalista con un paciente en búsqueda de su personalidad".
"Mi Parsifal no es religioso sino político. Es una retrospectiva de la historia de la Alemania, el camino tortuoso hacia la unidad que un día deciden emprenden pequeños reinos", adelantó, horas antes del estreno, el director teatral noruego.
En la producción de Herheim la búsqueda del Grial es el proceso que la joven Germania, nación ignorante representada por el joven Parsifal, sigue hasta convertirse en la Alemania de hoy, el Parsifal maduro, que aprendió de sus errores, miserias y complejos y es capaz de sentir compasión por el sufrimiento ajeno.
Ese momento llega en el segundo acto, en el jardín hechizado de Klingsor, un reino de perversión dominado por uniformes de las antiguas SS-nazis y banderas con cruces gamadas.
"No busco la provocación, aunque no descarto los silbidos. Mi concepto es otro y, aunque peque de arrogante, creo que bastante fiel a lo que Richard Wagner quiso decir en Parsifal, si tenemos en cuenta su contexto histórico", agregó Herheim.
"Parsifal es el psicoanálisis político de Alemania y sobre todo del sistema patriarcal que siempre imperó en este país, de la condición de hombre y de la masculinidad", explicó el director.
Es por ello por lo que en su producción, Kundry, único personaje femenino en esta ópera, no será especialmente relevante. "Kundry, como mujer, acentúa la masculinidad que rezuma esta ópera, los complejos del hombre y sus vacíos", destacó el realizador, que ha trabajado esta producción durante un año. Herheim recibió el encargo en el 2006, tras el escándalo que provocó en la "verde colina" el Parsifal multiconfesional del alemán Christoph Schlingensief, estrenado hace cuatro años.
"El Parsifal de Schlingensief y el mío no se asemejan en absoluto. Insisto, en el mío no haya nada sagrado ni santo pese a las referencias religiosas que hay en la obra", sostuvo Hermein.
Tampoco sus condiciones de trabajo en Bayreuth fueron las de Schlingensief, con un Wolfgang Wagner en mejor forma y más dispuesto a interferir, no siempre con buenas formas, en los ensayos. "He trabajado en condiciones óptimas, en plena armonía", dijo Herheim horas antes de su debut en Bayreuth.
Con Herheim debutará también como director de orquesta el italiano Daniele Gatti, quien en declaraciones a Efe dijo sentirse "mas honrado que nervioso con este acontecimiento". "Es verdad que siento un poco de presión, pero después de 24 años de profesión es controlable", afirmó.
Gatti destacó que trabajar con Herheim ha sido "fácil" pues a diferencia de otros directores de escena, el noruego estudió música y sabe leer y exprimir una partitura. "El éxito o el fracaso será de ambos, pues juntos trabajamos en este Parsifal", destacó el maestro y precisó que el Parsifal con el que hoy arranca la 97ª edición de Bayreuth surgió de la partitura. "No ha habido que acoplar la escena a la música porque las escenas brotaron de la música", precisó.
Agregó que "naturalmente hubo espacio para la expresión artística de ambos", lo que en su caso se tradujo en "una lectura personal de la partitura de Wagner". "No dirigiré Wagner a la italiana, pero creo que habrá ciertas reminiscencias mediterráneas", adelantó a Efe el maestro, consciente de que "este toque personal entraña riesgos en Bayreuth".
Para Gatti sin embargo "es un error cree que Wagner tiene que ser dirigido por un alemán al estilo alemán porque Wagner escribió música para todo el mundo y yo, como hombre libre, puedo tomarme la libertad de interpretar esa música universal". Herheim confirmó a Efe que, en lo que al tempo se refiere, su Parsifal será un poco "italiano".
La Vanguardia