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Lo que cuesta la ópera

20/1/2007 |

 

La financiación de las principales temporadas líricas a debate.

La ópera está en España en plena ebullición. La cercanía a las elecciones municipales y autonómicas obliga a las diferentes instituciones a mostrar sus mejores galas líricas. Su talón de Aquiles, sin embargo, viene de su financiación, que ha suscitado polémicas muy agrias en varias ciudades. El Cultural analiza de dónde salen sus presupuestos.

En una reciente reunión en Valencia, organizada por la Asociación Ópera XXI, –que agrupa a las 28 instituciones (teatros, asociaciones, fundaciones y festivales), que programan la actividad lírica en España–, se reclamaba unánimemente una “mejora de las fórmulas de patrocinio con el fin de obtener más ingresos y evitar que su financiación no recaiga en exceso en los presupuestos públicos o en el precio de las entradas”. La voracidad presupuestaria de un género, la ópera, que parece no tener fin, va acompañada, sin embargo, de un importante apoyo popular, ya que es el espectáculo que, con diferencia, más crece en demanda, aunque en España vaya con retraso frente al ejemplo de otros países europeos.

Llama la atención que si bien el Estado español tiene transferidas en su totalidad las competencias culturales a las comunidades autónomas, sigue siendo el principal financiador (ver cuadro adjunto) de las temporadas líricas. Esto se produce a través de aportaciones nominales (Barcelona, Madrid, Bilbao, Sevilla, Valencia, Oviedo y Las Palmas), en cantidades mucho menores con subvenciones realizadas por convocatoria pública (Sabadell, Mahón, Jerez, Santa Cruz de Tenerife, Santander e Irún) y en la reforma de los edificios y los equipamientos de los escenarios (Teatro Pérez Galdós de Las Palmas o la Maestranza de Sevilla) que en estos casos procede de los Ministerios de Fomento o Cultura y que puede superar los 6 millones de euros, programados en diferentes partidas, algunas de ellas procedentes del denominado 1% cultural.

El peso desigual que tienen los grupos políticos en el Parlamento (CIU, PNV, Coalición Canaria), implica que, cuando son necesarios sus votos, apuesten decisivamente por atraer inversiones que satisfagan a sus feudos. Por otro lado, los políticos locales o autonómicos cargan contra el gobierno central de turno cuando se consideran minusvalorados en relación a otros territorios.

Presupuestos desiguales
Así ha sucedido recientemente en el caso del Palau de les Arts de Valencia que recibe, en proporción, aportaciones mucho más bajas que el Teatro Real o el Liceo, a pesar de estar próximo en el monto global. También en Oviedo se mira con lupa el incremento de Bilbao, sensiblemente mayor, y que ha generado una de las mayores polémicas culturales que se han vivido nunca en la capital del Principado.

La actividad lírica tiene diferencias tan acusadas que estructuran cuatro divisiones económicas, aunque todas compitan en el panorama nacional. En la primera, se lleva la palma de oro el Liceo con 56 millones y medio de euros. Le sigue el Palau de les Arts de Valencia, con una cantidad que, con los altos y bajos producidos por los últimos avatares, se mueve en torno a los 50. El Real, por su parte, alcanza los 48 y medio. Sus características son similares en cuanto a que se trata casi exclusivamente de teatros operísticos, que deben mantener formaciones musicales estables y casi exclusivas.

En la segunda división, estarían el Maestranza de Sevilla y la ABAO de Bilbao. El presupuesto del primero es de nueve millones ochocientos mil euros –a lo que debería sumarse el coste de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla que no cobra por sus servicios– mientras que la ABAO se movería en torno a los nueve millones y medio de euros. En la tercera división económica estarían los festivales (término engañoso, ya que se trata de auténticas temporadas) de Oviedo y Las Palmas. Aquí resulta mucho más complejo establecer un presupuesto ajustado ya que ambos disponen de la colaboración de orquestas y teatros sin apenas coste en su mayor parte. Oviedo iría así por los cuatro millones y medio, mientras que Las Palmas superaría los tres y medio. En la cuarta se incluiría el resto de centros con cantidades inferiores.

También llama la atención el diferente peso que en cada una de ellas tiene el financiador principal. Frente al caso alemán, cuyos teatros dependen en su mayoría de los lander, aquí las circunstancias son más muy dispares. En 2007, tal y como se acaba de aprobar en la Ley de Presupuestos Generales del Estado, el Ministerio de Cultura forma parte de los patronatos de tres teatros (Liceo, Real y Maestranza) que denomina consorciados, donde asume cantidades muy por encima de las partidas de sus gobiernos autónomos o sus ayuntamientos. También es el financiador principal de la ABAO, aunque aquí sólo está considerado como mecenas, de acuerdo con la ley vasca, que cuenta con autonomía fiscal. En Valencia, la parte de león proviene de la Generalitat, por encima del 60 por ciento. También en Las Palmas, la mayor aportación procede del Gobierno de Canarias. En Oviedo, el principal soporte es el Ayuntamiento de la ciudad, con más del treinta por ciento de la actividad.

Maraña de instituciones
Otro aspecto que impacta al analista es la increíble maraña de instituciones que articulan la actividad operística, en gran parte surgidas en los difíciles años de sequía de la dictadura, entes casi heroicos en su momento, pero que han debido adaptarse a las demandas del momento. Las más importantes son las asociaciones de amigos de la ópera, que rigen los destinos líricos de Bilbao, Oviedo, Las Palmas, Santa Cruz o Sabadell, sin olvidar La Coruña o Mahón. Pero cada una de ellas tiene unas características diferentes, fruto de cómo se han realizado los variados maridajes políticos.

Así, la ABAO debe llevar a cabo sus actividades en el gigantesco Palacio Euskalduna, una sociedad anónima que cobra hasta el último tornillo que proporciona. De ahí que los presupuestos de la institución deben recoger los costes del alquiler del edificio así como las orquestas que colaboran con ella. Algo que, sin embargo, no sucede ni en Oviedo ni en Las Palmas. En el Principado, Ayuntamiento y Consejería de Cultura ceden el teatro y las formaciones que asumen el foso, sin coste añadido. En Las Palmas, el renacido Pérez Galdós seguirá acogiendo el festival, aunque la nueva dirección podría apostar por llevar a cabo actividades operísticas propias. Vemos cómo la vida lírica en España, mientras está a la espera de nuevos actores (Málaga y Valladolid), dista mucho de estar cerrada en un proceso que demanda una reflexión de todos los protagonistas.

El Ministerio de Cultura reparte
1. Teatro Real, Madrid
El Teatro Real depende de la denominada “Fundación Teatro Lírico”, en la que participan a través de un patronato, el Ministerio, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento. De sus 48.600.000 euros de presupuesto, el Ministerio aportará 18.140.970. En relación a 2005, el aumento ha sido de 1.123.000, lo que supone en torno a un seis por ciento más en estos dos años.

2. Gran Teatro del liceo, Barcelona
Está gestionadó por la “Fundación Gran Teatre del Liceu”. Las aportaciones económicas públicas se reparten entre el 41% del Ministerio de Cultura, 36 % de la Generalitat, 15% del Ayuntamiento y 7,5 % de la Diputación. En 2005 el Ministerio puso 9.744.510 (así como una partida para equilibrar el déficit). Para 2007 están previstos 12.148.680 de euros en un global de 56 millones.

3. Teatro de la Maestranza, Sevilla
El Teatro de la Maestranza es una Sociedad Anónima, protegida por el Ministerio de Cultura (30,5%), la Junta de Andalucía (25,3%), la Diputación de Sevilla (22,1%) y el Ayuntamiento de la capital hispalense (22,1%). Su presupuesto es de 9.800.000 euros de los que el Ministerio de Cultura en 2007 aporta 1.645.900 euros, así como una parte de la amplia reforma del edificio.

4. Palau de les Arts, Valencia
Apenas recién abierto como centro operístico, está regida por una fundación de la Comunidad Valenciana. Su presupuesto alcanza los 50 millones de euros. Recibe una aportación de 1,5 millones de euros del Ministerio de Cultura. El 70 por ciento de su financiación corre a cargo de la Generalitat de Valencia, con cantidades que no se han concretado a día de hoy.

5. Festival de Ópera de oviedo, Oviedo
Con un presupuesto de unos 4.400.000 euros, la cantidad que recibe de Cultura es de 420.000 euros. En 2005, fue de 306.000. El resto de las aportaciones dinerarias públicas es de 630.000 del Ayuntamiento, junto a sinfónica de la ciudad (OSCO) y el Campoamor, y de 240.000 del Principado que también colabora con la orquesta regional (OSPA).

6. Temporada de opera ABAO-OLBE, Bilbao
La ABAO es una asociación protegida por el régimen fiscal vasco. Su presupuesto es de 9 millones y medio de euros. El Ministerio de Cultura es su principal “mecenas”. En 2005 aportó 901.520 euros mientras que para este año está prevista una subveción de 1.791.670, prácticamente el doble. El Ayuntamiento de Bilbao no aporta nada y tiene su propio ciclo en el Arriaga.

7. Festival Opera de las Palmas, Las Palmas
Su presupuesto alcanza los 3 millones y medio, cuantificando las aportaciones de orquesta y teatro. En 2005 el Ministerio aportó 262.950 euros, que ha elevado a 289.250 para 2007. Las aportaciones dinerarias se reparten de la siguiente manera: Gobierno de Canarias 59%, Ministerio de Cultura 23 %, Cabildo de G. Canaria 12 % y Ayuntamiento 6 %.

Luis G. IBERNI
El Cultural

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