Salzburgo celebra el 250 aniversario de Mozart, «un músico de otro planeta»
28/1/2006 |
Una gran exposición con documentos de gran valor y una jornada llena de conciertos y actos de homenaje recordaron al músico en su ciudad natal.
Cada salzburgués rindió ayer un particular homenaje a su paisano más universal Wolfgang Amadeus Mozart, nacido hace 250 años. Mención especial merecen las citas incluídas en la agenda de la Semana Mozart, que arrancaron con un concierto extraordinario en el Mozarteum, entre académico y político. Un acto que abrió el presidente de la casa convocante, al que siguieron en el turno de palabra el alcalde de la ciudad y la presidenta del land, poniendo el punto y aparte institucional Heinz Fischer, presidente de la República de Austria, que destacó la enorme modernidad de la música de Mozart en su momento para, posteriormente, lanzar «un mensaje de estímulo a los creadores de hoy en todas las facetas artísticas, porque ellos son el futuro».
Más poético resultó Nikolaus Harnoncourt en sus palabras recogiendo el testigo de Fischer para lanzar un voz de alarma: «Si no se sitúa la educación artística al mismo nivel de las matemáticas, la escritura y la lectura; si todo está dominado por un pensamiento utilitario -y estamos a punto de dar ese paso-, corremos el peligro extremo de ver el materialismo y el ansia de poseer convertirse en la religión idólatra de nuestro tiempo».
Respecto al gran misterio que se cierne en torno a la persona de Mozart, Harnoncourt aportó su adhesión al Mozart que considera él verdadero, «el que se escapa a todo juicio. Si tratamos de analizarlo, debemos reconocer modestamente que nuestro sistema de medida no se corresponde al suyo, porque viene de otro planeta, y no vive más que en su obra». Tras sus palabras, Harnoncourt cerró el acto como mejor sabe: dirigiendo casi hipnóticamente a la Filarmónica de Viena una ejecución redonda de la «Sinfonía núm. 40».
Aunque el gran espectáculo se reservó para una larga velada en el Palacio de Festivales (en la que se vio a Javier Solana), donde la orquesta vienesa volvió a cobrar protagonismo, esta vez a las órdenes de Riccardo Muti, con Mitsuko Uchida, Gidon Kremer y Yuri Bashmet como solistas instumentales, y el barítono Thomas Hampson en el apartado vocal además de la actuación estelar de la mezzo Cecilia Bartoli, que, a última hora, sustituyó a Renée Fleming.
Como guinda se pudo seguir la retransmisión de un pequeño homenaje en el que, mientras sonaban al aire todas las campanas de la ciudad, tres músicos veinteañeros que empiezan a consagrarse recordaban al genio desde la habitación en que vio la luz a las 20 horas: el momento exacto en que llegó al mundo el 27 de enero de 1756.
Juan Antonio Llorente
Abc