El barítono Carlos Álvarez dimite por sorpresa como presidente de su fundación
1/12/2005 |
La diferencia en el nivel de compromiso de las entidades y sociedades presentes en el patronato y la presión sobre la gerencia han causado esta situación.
De manera sorpresiva, el barítono Carlos Álvarez anunció ayer su dimisión irrevocable como presidente ejecutivo de la fundación que lleva su nombre, que él mismo creó hace poco más de un año, y en la que había volcado buena parte de sus esfuerzos en los últimos meses. «Ha llegado un momento en el que la diferencia de sensibilidades entre quienes tienen que sacar adelante el proyecto ha hecho que éste se convierta en inviable... en estos momentos», decía ayer a ABC.
La Fundación Carlos Álvarez entró el pasado junio en el Registro de Fundaciones de Andalucía, con el propio Carlos Álvarez como presidente de honor y un patronato en el que figuraban diversas instituciones públicas, como la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Diputación Provincial de Málaga, junto a diferentes fundaciones y entidades privadas. Sus fines eran la defensa, la promoción y el desarrollo de la ópera y la música en Málaga, la ciudad natal de Álvarez. Fue él mismo quien propuso el nombramiento de Paloma Vázquez como gerente.
Decepcionado
Carlos Álvarez se confesaba ayer decepcionado por la manera en que se habían desarrollado las cosas, pero confiaba en poder retomar el proyecto en un futuro. «Quizás éste no era el momento adecuado para crear un proyecto de estas características». Ya hace unas semanas los problemas generados en torno a la fundación habían obligado al cantante a asumir la presidencia ejecutiva». Sin mencionar nombres, el barítono aludía ayer a las diferencias en el nivel de compromiso por parte de las entidades y sociedades presentes en el patronato. «Inesperadamente -dijo-, y quizás debido a una falta de entendimiento en cuanto a objetivos, aspiraciones o sensibilidades de algunos patronos y colaboradores, la presión ejercida sobre la gerencia y dirección de la fundación desde la propia organización, nunca de forma abierta pero sí lo suficientemente eficaz como para que haya renuncias numerosas de patronos privados y suspensiones cautelares de aportaciones dinerarias, además de filtraciones tendenciosas a la prensa local, se convierten casi en una implosión del proyecto tan vivamente defendido y promovido con anterioridad».
Carlos Álvarez ha prohibido la utilización de su nombre por parte de la fundación. Sobre su futuro, decía ayer que «ahora serán los patronos quienes lo decidan».
J.B.
Abc