A.-S. Mutter: «Frente a las obras contemporáneas aprendo más de mis limitaciones»
27/9/2005 |
Nacida en Rheinfelden en 1963, la alemana Anne-Sophie Mutter es, aparte de la violinista más bella del panorama musical, uno de los valores instrumentales más claros de la última parte del siglo XX. Regresa al ciclo de Juventudes Musicales en Madrid, abriendo nuevo curso con Mozart.
-Parece que le gustan los programas monográficos.
-No es eso. Es que está a punto de cumplirse un cumpleaños sonado de Mozart. En estos días hace 250 años, su madre estaba embarazada del músico, que nacería el siguiente enero. Y me ha parecido que era un momento oportuno para empezar una serie de esos homenajes con los que seguiré todo el año próximo al que, aparte de ser uno de los mejores compositores de la historia, es quien en menos de treinta años escribió las mejores páginas para violín, ya que él mismo era un extraordinario violinista.
-Ahora su fascinación se centra en las sonatas.
-Porque estas 16 obras -en realidad 15, porque hay una del final de su vida que se me escapa del concepto juvenil de las restantes- son trabajos excelsos de su periodo vital más feliz, cuando comenzaba a escribir para violinistas de moda como Antonio Brunetti, y su «Idomeneo» triunfaba en Viena. Después llegaron los momentos desesperados, cuando para conseguir dinero tenía que trabajar 24 horas al día.
-Más o menos las que usted. Porque en 2006 le toca cumplir con muchos compromisos. Incluyendo los 30 años de su debut internacional en el Festival de Lucerna.
-Allí estaré este año con Lambert Orkis y algunas de las Sonatas que tocamos en Madrid. Lo más divertido es que será en la misma fecha que entonces: el 23 de agosto. Una coincidencia preciosa.
-¿También tocó Mozart en aquel Festival, dedicado a España?
-No. Fue un recital con obras de Paganini, las variaciones de Kreisler, la chacona de Bach y también de dos españoles: Sarasate y de Falla, de quien toqué la Suite Popular.
-¿Mozart le requiere exclusividad en 2006?
Este año no es como 1998, que se lo dediqué entero a Beethoven. Hay mucho Mozart por lo del aniversario: giras por Norteamérica primero, en verano en el Lejano Oriente, además de todo lo de Europa desde principios de año. Pero continúo con mi música de Korngold, Rihm... ¡Una vida de locos!
-Incluso un estreno. Por fin le llega la hora de Boulez.
-Hace diez días recibí una carta suya en la que me decía que, con todos los homenajes que le habían hecho el año pasado por su 80 cumpleaños, va retrasado. Así que ya sé que la première no será posible en la fecha señalada.
-Hace unos años decía lo mismo con otro concierto de Penderecki.
-Entonces, aunque pospusimos el estreno de la sonata, fue distinto. Tres meses antes ya tenía entre mis manos las tres cuartas partes de la obra, y del Maestro Boulez no tengo nada al día de hoy.
-Esperas aparte ¿Le da satisfacciones la música contemporánea?
-Enormes. Ahí está el concierto que me escribió mi marido (André Previn), y que estrené justo después del de Dutilleux. Lo he interpretado en muchas ocasiones y es una obra deliciosa. Cuando me enfrento a obras contemporáneas aprendo más acerca de la música y de mis propias limitaciones. Y también del violín, y de las posibilidades que brinda.
Juan Antonio Llorente
Abc