18/3/2005 |
La innegable atracción que existe sobre La Traviata de Verdi hace que sea uno de los títulos más recurrentes para cualquier temporada lírica que se precie. Buen ejemplo de ello es que dos diferentes montajes de la obra protagonizan la actualidad operística de la semana. El primero de ellos sirve para abrir la XIX Temporada de Ópera del Teatro Principal de Palma, que organiza la Fundación del mismo nombre. A la espera de la reapertura tras su rehabilitación de la sede habitual de la cita mallorquina, prevista para el 2007 tras años de litigios, el Auditorium de la ciudad acogerá mañana y el domingo las representaciones de la incombustible obra del compositor. Se ha elegido para la ocasión la fiel y aplaudida producción que Francisco López ideara hace más de un lustro para el Teatro Villamarta de Jerez, con escenografía y vestuario de Jesús Ruiz. Quizás sea, pese a su fastuosidad y deliberado clasicismo, su mejor trabajo hasta el momento. Al frente de la Orquestra Simfònica de Balears “Ciutat de Palma” estará Roberto Rizzi Brignoli, quien guiará a un prometedor elenco. El de la descarriada –uno de los personajes más rica y profundamente retratados que ha dado la literatura canora del romanticismo– estará defendido por la bella soprano búlgara Svetla Vassileva, quien ha paseado con éxito el rol por importantes escenarios internacionales. En el papel del enamorado estará el tenor jerezano Ismael Jordi, Premio Ópera Actual 2004 y de ascendente carrera también fuera de nuestras fronteras, que debutó en el personaje el pasado noviembre en el mencionado Villamarta de Jerez. Allí dibujó un elegante y belcantista Alfredo, en la estela del que fuera su maestro en la Escuela Reina Sofía, Alfredo Kraus. Se suma al reparto el barítono Juan Jesús Rodríguez, como el padre.
El Cultural