2/2/2005 |
Don Quijote, ese valeroso hidalgo que ha sido capaz de cabalgar a lo largo de cuatrocientos años y conquistar -literariamente- al mundo entero, no cesa, sin embargo, de enfrentarse a molinos de viento y de librar batallas. Esto es, al menos, lo que le sucede en el terreno musical español. Si la semana pasada ABC se hacía eco de la situación de la ópera compuesta por Tomás Marco, «El caballero de la triste figura», por encargo dela Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), perdida en el limbo burocrático; esta semana la noticia se centra sobre la partitura que otro compositor español, Cristóbal Halffter, creó sobre el mito cervantino. Estrenada en febrero de 2000 en el Teatro Real de Madrid, «Don Quijote», después de muchos esfuerzos, se volverá a ver en versión escenificada -en una nueva producción-, pero no será aquí en España, sino en la ópera alemana de Kiel el 30 de abril de 2006, según ha podido saber este periódico. Su autor, Cristóbal Halffter reconoció ayer a ABC que todavía desconoce quién será el encargado de realizar la nueva producción, pero sí ha concretado que será el director musical del teatro alemán el responsable de la batuta. La noticia, para quien ha luchado contra molinos de viento por volver a ver sobre un escenario su magna criatura, es desde luego grata. Sin embargo, resulta al menos paradójico que, como sucediera en los años 60 en España, un español, el más universal de todos los tiempos -Don Quijote-, tenga que emigrar a Alemania para buscarse la vida. Máxime si se tiene en cuenta que este año se celebra a bombo y platillo el IV Centenario de la publicación de tan magno libro, cuyos actos de homenaje son, según palabras de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, pronunciadas el 20 de diciembre pasado,un «proyecto de Estado», en el que se invertirán 30 millones de euros. «D.Q.» convierte el Liceo en cine Con estas intenciones, era de esperar que alguno de los teatros de ópera de nuestra geografía -que reciben dinero público- hubiese incluido en su programación alguna de las partituras que abordan el mito cervantino y que son de muy reciente factura, como el «Don Quijote», de Halffter, o el «D.Q.» de Turina, estrenado en el Liceo de Barcelona también en el año 2000, y que tampoco se podrá ver en versión íntegra ni escenifica en este IV Centenario por motivos económicos, pues remontar la producción, realizada por la Fura dels Baus, cuesta la friolera de 4 millones de euros (unos 70 millones de las antiguas pesetas). Pero el Liceo no ha querido sustraer al público la posibilidad de volverla a ver en la sala grande, y ha programado la proyección del DVD de «D.Q.», que es bastante más barato. En el caso de la ópera de Halffter, han sido las grandes dimensiones de la producción, creada por el fallecido Herbert Wernicke, el problema fundamental para reponerla (los herederos del director alemán no han dado la autorización para modificarla), y pocos son los teatros de grandes dimensiones que puedan acoger este montaje. El Teatro Real, donde se estrenó hace cuatro años, no ha podido, o no ha querido, reponerla. Halffter no quiere entrar en polémicas sobre esta situación, pero sí confiesa que se han produccido algunas conversaciones en vísperas de celebrarse este IV Centenario para que su ópera sonara en algún teatro español, pero ninguna ha llegado a buen puerto. El compositor no se ha dejado derrotar por el desánimo y ha visto su recompensa: emigrar a la ciudad de Kiel, una localidad de 250.000 habitantes al norte de Alemania, un país en el que el compositor es muy querido como demuestra el homenaje que hoy le dedican la Academia de las Artes de Berlín, junto con el Instituto Cervantes, con motivo de su próximo 75 años y que el próximo fin de semana la Orquesta de Dresde estrene su obra «Palimsesto». Para Halffter el interés en Alemania por su «Don Quijote» procede del éxito que ha cosechado en ese país la grabación de la ópera, en cuya presentación española estuvieron la ministra de Cultura y la esposa del presidente del Gobierno, Sonsoles Espinosa. Por último, y volviendo a la ópera de Tomás Marco, la semana pasada el responsable de la SECC, José García Velasco, se comprometió a través de este periódico a llamar «mañana mismo», por el viernes, al compositor para firmar el contrato por el encargo de su partitura. ABC se puso ayer en contacto con Marco, quien aseguró no haber recibido ninguna llamada. «Será porque está muy ocupado», afirmó.
Susana Gaviña
Abc