10/12/2004 |
En 1987 se presentaba en Madrid y en España Yevgeni Kissin, un moscovita alumno de Anna Pavlovna Cantor que había hecho su primera aparición pública a los 10 años con el Concierto nº 20 de Mozart. Luego, Kissin volvería, siempre en las temporadas de Ibermúsica, otras siete veces. Así, poco a poco, el aficionado ha podido ir calibrando la evolución del artista, que ha sido, sin duda, grande, porque de un extraordinario traganotas, de infalible precisión, de bello sonido y de intachable juego pianístico, se ha ido pasando a un intérprete de bien estudiada musicalidad, de criterios bastante maduros. Su sonoridad ha ido ganando en riqueza, en tornasoles, en matices, y ya se plantea y se resuelve en íntima fusión con las notas y los engarces entre ellas.
El Cultural