Pau Casals en Camelot
8/12/2004 |
El 13 de noviembre de 1961 es una de las fechas señaladas en la trayectoria de Pau Casals, una de las más importantes figuras de la música española. Aquel día ofreció un concierto en un escenario poco habitual: la Casa Blanca. Su ocupante era en aquellas fechas John Fitzgerald Kennedy, admirador del violonchelista y director de orquesta catalán. Aquel concierto pasó a la historia gracias a la retransmisión realizada por las emisoras NBC y ABC. Poco después la grabación se comercializaba y se convertía en disco, que ahora reedita Sony para conmemorar el trigésimo aniversario de la muerte del violonchelista.
Históricamente, la Casa Blanca ha albergado siempre veladas culturales de diverso signo. Pero fue John F. Kennedy quien institucionalizó los conciertos desde su llegada a la presidencia. El 21 de enero de 1961, Leonard Bernstein había estrenado su «Fanfare for JFK»; más trade acudirían al 1600 de la Avenida de Pensilvania, convertido ya en Camelot, Morton Gould (al frente de la National Symphony Orchestra), Igor Stravinski, Grace Bumbry o Paul Winter. Ningún concierto tuvo tanta trascendencia pública como el que ofreció Casals. El músico español llevaba más de veinte años sin tocar en Estados Unidos. Era su protesta por el reconocimiento del régimen de Franco por parte de Washington. Sin embargo, la invitación de Kennedy -y el hecho de que su actuación sirviera para agasajar al gobernador de Puerto Rico, donde residía el músico- convenció a Casals, que el día antes del concierto acudió a la Casa Blanca para conversar con el presidente estadounidense.
Casals tocó acompañado por el violinista Alexander Schneider y el pianista Mieczyslaw Horszowski. Junto a ellos tocó el «Trío en Re menor, Op. 49», de Mendelssohn; el «Adagio & Allegro en La bemol mayor, Op. 70» para violonchelo y piano de Schumann; piezas de Couperin y, ya solo, su adaptación de la canción popular catalana «El cant dels ocells», que se había convertido para Casals en su particular himno a favor de la paz.
Al día siguiente del concierto, Casals recibió en su hotel un ramo de flores y una carta de agradecimiento de John y Jacquelinne Kennedy. El músico contestó así al presidente norteamericano: «la noche del lunes toqué con todo mi corazón y me sentiré recompensado si mi humilde tributo ha contribuido en alguna medida a la música y a la cultura. El 13 de noviembre tendrá siempre un significado especial para mi. Mi visita y la conversación que mantuve con usted fortalecieron y confirmaron la esperanza y la fe en nuestros ideales de Paz y Libertad. Gracias, señor presidente».
Casals volvería a la Casa Blanca casi dos años después. Hacía tan sólo unos días que Kennedy había sido asesinado, y el 6 de diciembre de 1963 el violonchelista recibió, junto con la contralto Marian Anderson y el pianista Rudolf Serkin, la medalla de la Libertad, que el propio presidente le había concedido.
Abc