Pulso a los Conservatorios
13/11/2004 |
Oviedo acoge el Congreso Anual de la Asociación Europea de Conservatorios.
Oviedo acoge este fin de semana el Congreso Anual de la Asociación Europea de Conservatorios. Es la primera ocasión que se celebra en España y viene a ser un reflejo de la evolución que la enseñanza musical ha experimentado dentro de nuestras fronteras. Con este motivo, El Cultural analiza la realidad que viven estos centros en nuestro país.
Con la palabra Conservatorio se identifica al centro que acoge la enseñanza musical y que nació a lo largo del siglo XVI en Italia. El término procede del latín conservare, preservar, y se refería en origen a los hospicios, donde los huérfanos recibían una educación musical especial, tras la que podían pasar a formar parte de coros religiosos o, décadas después, de ópera. De ahí que las escuelas de música acabaran asumiendo su nombre.
Importantes compositores italianos de los siglos XVII y XVIII estuvieron asociados con los conservatorios, como estudiantes o profesores. El caso más conocido fue el de Vivaldi, que estuvo contratado en el Hospedale della Pieta, un hospicio femenino de Venecia. Aunque la mayoría de los conservatorios italianos cerraron sus puertas a fines del XVIII, la idea de las escuelas de música se extendería a otros países.
En Francia, el Gobierno creaba el Conservatoire National de Musique et de Déclamation en París en 1795. Otras naciones siguieron el ejemplo. Entre los primeros, que aún siguen existiendo, se encuentran el de Praga (1811), la Hochschule für Musik und darstellende Kunst de Viena (1817), la Royal Academy of Music de Londres (1822), el Real Conservatorio de Música de Madrid (1830), el Conservatoire Royal de Bruselas (1832) y la Hochschule für Musik de Leipzig, fundada por Mendelssohn en 1843 que atrajo a estudiantes de toda Europa.
Los conservatorios han sufrido todo tipo de tensiones, fruto de la evolución musical de cada momento. El caso español no es muy distinto pero ha sido víctima, en mayor medida que otros países, de la escasa sensibilidad musical de nuestros políticos, sobre todo en la etapa de la dictadura franquista. La manera como se llevaba a cabo la enseñanza en nuestras ciudades hace veinte años haría sonrojar hoy de vergüenza: planes obsoletos, sistemas pedagógicos decimonónicos, masificación sin control, edificios cochambrosos, obligaban al potencial profesional a superar una carrera de obstáculos que no tenía igual. Los que salían adelante, lo hacían por su enorme talento o porque tenían la suerte de estudiar fuera.
Que las cosas han cambiado no se puede negar. La mayoría de las ciudades disponen ya de edificios que, si no son perfectos, están a años luz de lo que se disponía hace apenas dos décadas. Se ha procedido a una renovación pedagógica importante que ha sido llevada a cabo por una generación más joven. La LOGSE ha supuesto una revolución. Recibida al principio con disparidad de opiniones, en la actualidad resulta demasiado pronto para ser valorada.
Alberto Veintimilla, director del Conservatorio de Oviedo, que acoge esta primera reunión internacional en España, señala que “el hecho de elegir Oviedo ha venido de los buenos resultados mostrados por nuestra institución en los últimos años”. Ante la reforma de la LOGSE, Alberto Ventimilla se muestra cauto para valorarla en su totalidad.
Tiempo de rodaje
“Creo que todavía es pronto para valorarla en plenitud, porque la primera promoción saldrá este año. Teniendo en cuenta lo que supone, no se pueden sacar conclusiones hasta que lleve algún tiempo de rodaje. En general, no tiene nada que ver con el Plan anterior de 1966. La formación que recibe el alumno es mucho más completa. Antes se decía que el instrumentista sólo sabía tocar y que, para lo demás, era un ignorante absoluto. Ahora eso no se puede mantener. Todo ello, sin perder calidad como instrumentista”, afirma Ventimilla. Para Aníbal Bañados, director del Conservatorio Profesional de Ferraz en Madrid, la LOGSE cambió cosas fundamentales, “suprimiendo la matrícula libre y separando claramente el nivel profesional del superior. Pero creo que no hay milagros, sino que todo se realiza, día a día y de acuerdo a las posibilidades de cada centro”.
Mucho menos entusiasmo muestra, sin embargo, Josep Soler, director del Conservatorio de Badalona y reconocido compositor. En su opinión, “los gobiernos parece que apuestan por que la gente sea cuanto más tonta, mejor. Ahora el pensamiento apuesta por la sopa para todos. Así la situación no tiene remedio. Como he visto mucho porque ya tengo una edad, la situación me parece una vergüenza según veo yo y según me trasladan mis compañeros. El listón se ha bajado tanto que, al final, nos encontramos ante una situación grave. Claro que hay gente con capacidad y su realidad tiene mucho de heroico, pero podríamos decir que son excepciones. Por ello me siento resignado”, afirma el autor de Edipo y Yocasta.
No está de acuerdo Alberto Veintimilla con esta opinión: “Creo que habrá que valorar los resultados con el tiempo. De entrada, no se puede negar que parte del profesorado que venía de los antiguos planes lo ha asumido mal. Porque no olvidemos que, al ser muy general. la ley supone un reto para los centros. Ésta provoca un importante grado de competencia entre ellos, de tal manera que el alumno podrá buscar la calidad allí donde se encuentre y no es de extrañar que se movilicen en función del nivel que ofrece cada centro”.
Nivel equiparable
Para Teresa Pérez, catedrática de piano en Oviedo,“no sucede nada distinto respecto a Europa, donde se puede encontrar de todo. En este momento la gente que pueda salir de aquí tendrá un nivel equiparable y, desde luego, nada inferior a los centros europeos. Por ejemplo, en el pasado lo más descuidado era la música contemporánea y también la música antigua. La visión que recibe el alumno hoy en día es mucho más completa. No me atrevo a hablar por todos los conservatorios, pero me consta que se han mejorado las cosas”. El gran problema que tiene la enseñanza musical viene de su coste tan elevado. Para Aníbal Bañados, “al ser estudios tan especializados, la dotación es muy cara, en edificios, equipamientos, instrumentos, insonorizaciones. Es un caso casi único, porque la educación es necesariamente individual”.
Ahora, además, se plantea un problema general a toda Europa ante la necesidad de homologar los planes de enseñanza para que, según la Declaración de Bolonia –que tendrá un importante protagonismo en la reunión de Oviedo– , se sigan las directrices de la UE y los estados unifiquen programas de tal modo que un alumno italiano, alemán o portugués realice recorridos curriculares equiparables. Para Veintimilla, el caso español es complejo ya que “no nos movemos exactamente en el mismo ámbito que Europa. Allí, el marco en que se desarrollan los estudios musicales es universitario mientras que aquí están igualados con las enseñanzas secundarias. El reconocimiento social ha mejorado pero todavía estamos muy lejos”.
Luis G. Iberni
El Cultural