'Cleopatra soy yo' por Montserrat Caballé
9/10/2004 |
El Liceo presenta el miércoles una versión concertante de la infrecuente Cléopâtre de Massenet que tiene como gran protagonista a Montserrat Caballé. En idéntica versión, llegará en diciembre al Teatro Real. Con este motivo, la gran diva catalana escribe para El Cultural sobre su personaje.
El papel de Cleopatra es el último de los títulos que he incorporado a mi repertorio, tras el Enrique VIII de Saint Säens que canté en el Liceo y la Vierge o María Magdalena de Massenet que interpreté en Roma. Allí, por cierto, estaba prevista Sapho de Gounod, pero se pospuso debido a cambios políticos y se hará definitivamente el próximo julio. No puedo olvidar tampoco el perdido Ernani de Bellini, del que hemos podido rescatar y ofrecer en el propio Teatro Bellini de Catania la obertura, un dúo, un terceto y una breve cavatina.
Cléopâtre surge de mi afán por encontrar nuevas obras que se adapten a mi actual vocalidad. La partitura apareció en el archivo de la Biblioteca de París. Me pareció bellísima e ideal para lo que se ha venido a llamar “soprano falcon”, lo que es tanto como decir que me iba como anillo al dedo. Cierto es que había una edición proveniente del Festival Massenet, pero con arreglos y añadidos que se efectuaron a lo largo de la historia y que no pertenecían al autor. Es una obra larga pero muy interesante y obtuvimos un gran éxito cuando la interpretamos en el Festival del Mediterráneo romano en 2002. Tras ello, me preguntaron los responsables del Liceo si yo creía que encajaría en este teatro. Les contesté que me parecía que sí, pero que debían escucharla ellos y decidir. Les gustó y la programaron para estas fechas. Más tarde, coincidiendo en Sevilla con Jesús López Cobos, me manifestó su interés en que el Teatro Real también la hiciese y encajamos las fechas. Tanto en Barcelona como en Madrid será en versión de concierto. Los repartos son parecidos, aunque Carlos Álvarez sólo podrá cantar el Marco Antonio en el Liceo por falta de fechas para el Real. Supondrá, por cierto, una nueva ocasión de compartir escenario con mi hija, que hará Octavia, y con quien no canto una ópera completa desde Maria Padilla en el festival de Reims.
Cléopâtre es una obra muy inspirada, muy entera, en una línea nada pomposa sino más bien intimista. Se centra en los últimos años de la vida de Cleopatra y Marco Antonio, sin que aparezca, por ejemplo, Julio César. Contiene momentos maravillosos, como la escena en la taberna de Alejandría, la boda de Marco Antonio con Octavia en Roma o todo el último acto. Mi parte alcanza lo más destacado en los jardines de Alejandría y, naturalmente, en la escena final.
Esta Cleopatra es muy distinta a la del Julio César de Haendel, que también he cantado, quizá más sutil y alada. Yo no soy el director de orquesta, pero me gustaría que se incluyesen las escenas de ballet aunque estemos en una versión de concierto, ya que su música es preciosa. Tras esta Cléopâtre tengo otros proyectos. En verano, en Roma, la citada Sapho de Gounod. En el 2005 el Don Pelayo de Mercadante y para el 2007 una nueva coproducción de una ópera de Rossini entre el Covent Garden, el Metropolitan y Viena. Es algo que, a estas alturas de mi carrera, me hace muchísima ilusión y por lo que, en parte, he tenido que renunciar a la oferta de José Luis Moreno de dirigir su teatro de ópera en Madrid. Antes de todo ello ofreceremos mi hija y yo un concierto en la Konzerthaus vienesa en noviembre, para el que ya se han agotado las entradas, y más tarde tengo galas en Múnich y Hamburgo, además de recibir el Premio “Prestige” en el próximo encuentro musical de Cannes.
En medio de tanta alegría llevo la tristeza de saber que el doctor Hänseroth, que falleció a primeros de septiembre y tan importante papel desempeñó en el Liceo en los años noventa, no podrá escuchar Cléopâtre. Estuvimos muy unidos en los últimos años y él tenía una gran ilusión por el concierto que dejó programado para el 20 de febrero en la Filarmónica de Colonia, con Juan de Udaeta como director.
El Cultural