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Enquesta

El Orfeón Catalán (sic) se hace muro en Berlín

29/4/2023 |

 

https://www.elmundo.es/cultura/musica/2023/04/28/64494ffefdddffc79f8b4599.html

La formación coral debuta en la Philharmonie alemana con una sólida versión de la 'Misa de la coronación' de Mozart dirigida por Kirill Petrenko.

Hacía varias semanas que se habían agotado las entradas para el concierto del Orfeón Catalán en la mítica Philharmonie de la capital alemana, donde debutó anoche (y repetirá hoy) a las órdenes de Kirill Petrenko y en compañía de los músicos de la Filarmónica de Berlín. Tras el introductorio Exsultate, jubilate que interpretó la soprano Louise Alder, 92 miembros de la sociedad coral catalana irrumpieron en la sala circular como un sólido escuadrón para abordar la Misa de la coronación de Mozart.

Ya desde el comienzo del Kyrie quedó patente la buena sintonía del director ruso con los cantantes amateurs, que se ciñeron en todo momento a un planteamiento cuasi operístico de la partitura y a unos tempi ciertamente acelerados. "Petrenko tiene muy clara la idea que quiere transmitir", explicaba a la salida de uno de los ensayos Joan Ollé, director general de la Fundación del Orfeón Catalán. "Su versión está llena de contrastes, dinámicas muy marcadas y un sinfín de recursos dramatúrgicos".

En el Domine Deus se lució un bien empastado cuarteto solista (la mencionada Alder, la contralto Wiebke Lehmkuhl, el tenor Linard Vrielink y el barítono Kresimir Strazanac) y durante el vertiginoso y por momento hasta festivo Credo (toda una declaración de intenciones por parte de Petrenko) los filarmónicos berlineses, una de las mejores fábricas del sonido del mundo, volvieron demostrar su absoluta solvencia en el repertorio mozartiano, sin saltarse una sola nota ni escatimar en recursos expresivos de gran complejidad armónica.

Tras el conclusivo Agnus Dei (cuyo pasaje para soprano fue recuperado más tarde por Mozart para la famosa aria Dove sono i bei momenti que canta la Condesa de Almaviva en Las bodas de Fígaro), las más de 2.440 personas congregadas en el auditorio principal de la Philharmonie agasajaron con aplausos y bravos a los músicos, también a los cuatro solistas, pero sobre todo a los integrantes del Orfeón Catalán, que enfilaron el camino de vuelta a los camerinos bajo una cerrada ovación del público.

"Al terminar ha habido abrazos y lágrimas de emoción", contaba al descanso Júlia Molina, una farmacéutica de 28 años que ha tenido que pedir días libres en su trabajo para poder participar en esta gira del Orfeón, que después recalará en la Sagrada Familia de Barcelona (1 de mayo) y en el Auditorio Nacional de Música Madrid (días 3 y 4). "Está claro que ensayar bajo esta presión, a las órdenes de Petrenko y con el nivel de exigencia de una de las mejores orquesta del mundo ha sacado lo mejor de nosotros. Esta es una noche inolvidable e histórica".

No era, ni mucho menos, la primera vez que el Orfeón Catalán se ponía a las órdenes de un gran maestro (sólo en los últimos años ha colaborado con Daniel Barenboim, Gustavo Dudamel, Daniele Gatti y Simon Rattle) pero sin duda el titular de la Filarmónica de Berlín ha dejado el listón muy alto. "Este concierto ha marcado un punto de inflexión en una trayectoria centenaria", aseveraba Pablo Larraz, responsable de los coros de la institución catalana. "El nivel de compromiso y complicidad ha sido colosal, inmejorable".

El concierto estaba originalmente programado en 2020, pero la pandemia obligó a posponerlo. "Hemos cerrado un círculo histórico, el que abrió Richard Strauss cuando dirigió a la Filarmónica de Berlín en Barcelona", decía el británico Simon Hasley, embajador de los coros del Palau y artífice en la sombra de muchos de sus acuerdos con grandes instituciones musicales de Europa. "Ahora toca seguir ensanchando el horizonte con nuevos retos como, por ejemplo, la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam". 

BENJAMÍN G. ROSADO
El Mundo