20/3/2023 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20230320/8835320/joshua-bell-violin-gira-catalunya.html
El as del violín gira por Catalunya con la Franz Schubert Filharmonia en su doble faceta de director y solista
Joshua Bell
Con casi cuatro décadas de carrera a sus espaldas, el violinista y director de orquesta Joshua Bell, que desde hace una década es además titular de la Academy of St. Martin in the Fields de Londres, sigue prestándose a actuar en escenarios que quedan lejos de las grandes venues internacionales. El ganador de cuatro Grammy se encuentra este fin de semana de gira por Catalunya con la Franz Schubert Filharmonia (FSF), disfrutando de la gastronomía al tiempo que recala en escenarios de Sant Cugat, Vila-seca y Lleida, antes de culminar el martes 21 en el Palau de la Música Catalana. Los suscriptores de La Vanguardia tienen un 20% de descuento al adquirir tickets en la web de entradas el diario.
Estadounidense de Indiana, Bell es, a sus 55 años, uno de los artistas más apreciados del mundo de la clásica. Más aún desde que hace 15 años se prestara a hacerse pasar por músico callejero en una parada de metro de Washington D.C., sin que los ajetreados transeúntes se percataran de que quien estaba tocando el primer movimiento del Concierto para violín de Bach era un auténtico virtuoso, célebre en los principales auditorios del planeta.
La FSF, la orquesta tarraconense formada por músicos en su mayoría del territorio catalán que dirige Tomàs Grau, tiene estos días el privilegio de interactuar con él en todas sus facetas: en la Obertura Coriolà de Beethoven con la que abre el programa, Bell se suma al conjunto con su violín, para después ser el solista en el Concierto de Mendelssohn y, finalmente, coger la batuta en la muy danzante 7ª Sinfonía de Beethoven. El artista conversa brevemente con este dario entre ensayos.
No se le caen los anillos actuando en auditorios que no forman parte de la primera línea internacional.
La música puede hacerse donde sea. Es hermoso tocar en el Carnegie Hall de Nueva York o en el Musikverein de Viena, pero no es el único modo de disfrutar de la música. A mí me encanta dar conciertos en mi casa de Nueva York, donde invito a gente, organizamos actos benéficos... cosas así. Y no hablaré del día que toqué en el metro, porque eso ya me aburre, pero estoy abierto a tocar donde sea: es fantástico hacerlo al aire libre en anfiteatros romanos, en teatros griegos… En estos momentos de mi carrera, me encanta tocar en lugares nuevos, descubrir nuevas ciudades y nuevas orquestas, como esta FSF, que es muy especial. Es gente muy joven con una gran energía y que desea hacer música y conseguir los mejores resultados. Esa es la atmósfera con la que me he encontrado aquí. Y es fantástico pasar el fin de semana con ellos, sentándome con la orquesta en la Obertura, luego como solista en el Mendelssohn y finalmente dejar mi violín en el camerino para dirigir la 7ªde Beethoven. Prefiero eso que hacer mi concierto a la manera tradicional y luego irme a comer paella. Y eso que me encanta la paella...
No es el caso de su gira por Catalunya, pero para alguien que como director ya ha abordado tanto repertorio a lo largo de estos doce años al frente de la St Martin in the Fields, ¿cuán difícil resulta dar un paso atrás y asumir únicamente el papel de solista?
Nunca me aburre hacer música, especialmente la buena música. Claro que es más interesante encargarse de la dirección también, porque puedes organizar los ensayos con todo detalle, aunque no me malinterprete, me encanta tocar con buenos directores. Tomàs Grau ha sido un gran apoyo, se ocupa de mí en todo momento, me lleva a comer y hablamos de música, y la próxima vez me gustará tocar con él, pero en estos momentos de mi carrera me interesa estar en el puesto de control.
En la última década habrá pasado por sus manos gran parte del repertorio sin un director. ¿Qué le queda por hacer dentro de sus propias aspiraciones?
Muchísimo repertorio, para el que no tendré tiempo suficiente. He dirigido ocho de la nueve sinfonías de Beethoven pero me queda mucho por hacer. Y también música de cámara: el próximo año grabaré un proyecto de Gabriel Fauré y tengo nuevos encargos a cinco compositores americanos. Lo llamamos Todos los elementos, que son cinco, y les he pedido que aborden uno cada uno.
Me encanta escribir mi propia candeza del Concierto de Mendelssohn, soy así de irreverente o quizás tengo un gran ego"
A Mendelssohn le tomó seis años componer su Concierto de violín. ¿Qué opina?
No es que necesitara mucho tiempo para componer, porque era como Mozart, lo habría podido hacer en un día, era uno de los grandes genios de todos los tiempos. Pero tenía especial cuidado con esta pieza, quería que fuera perfecta. Por eso tiene el sobre nombre de Concierto perfecto de violín, porque todo está en equilibrio, la estructura, cada elemento musical... Yo esta pieza la toco desde que tenía 12 años y todavía la encuentro interesante. Ahora la toco y la dirijo al mismo tiempo, y además he escrito mi propia Candenza. Creo que soy el único que lo ha hecho, pues Mendelssohn ya incluyó la suya propia, pero ya ve que soy un poco irreverente y la sustituyo... porque me encanta hacerla yo mismo y porque es un elemento sorpresa para el público que conoce bien la pieza. No sé, tal vez es que tengo un gran ego...
La Franz Schubert Filharmonia es un magnífico tesoro, es muy necesario que orquestas como esa reciban apoyo"
Dicen que es usted muy caro de traer con la St. Martin in the Fields. La próxima visita de la orquesta británica a España será sin usted, con una mujer al frente.
Yo no hablo de dinero, ni siquiera lo veo, no sé si lo hago o no lo hago. Que se paguen las facturas y ya está. Por el momento, estoy pasando este fin de semana con la FSF que es un magnífico tesoro. Que esta parte del país cuente con una formación así, que es distinta a las tradicionales, que esá bien organizada y respaldada... eso es algo muy necesario, especialmente después de la pandemia.
¿Encuentra distinta la experiencia en la escena de la clásica estadounidense de la europea?
Todas las orquestas son ya una mezcla de gente de muchos lugares, son muy internacionales. Este fin de semana pasado estuve en Bulgaria, luego fui a París, ahora estoy aquí en Catalunya... todas tienen un público distinto, con sensaciones distintas. Cuando pienso en las diferencias pienso más en la comida, y creo que España es de los mejores lugares para la gastronomía, por cierto. Pero a lo que iba: en la clásica todos nos sentimos internacionales. Esta noche por ejemplo hacemos música alemana con músicos catalanes, y la sentimos nuestra. Lo hermoso es que, y ya sé que suena a cliché, que la música va más allá de las fronteras internacionales. Y eso es algo que ahora mismo necesitamos todos. En Estados Unidos hay un gran debate político, y esta música, la buena música, es en lo que todos los partidos políticos estarían de acuerdo. No me haga parecer profundo, por favor, pero sí creo que la música es muy importante en la sociedad y para los niños. Una de mis pasiones es que todos los niños escuchen música. En Estados Unidos están recortando los presupuestos en las escuelas, y la música y el arte es lo primero que desaparece. La gente no ve la necesidad, y sin embargo es lo más importante que puedes enseñar a los pequeños.
Maricel Chavarría
La Vanguardia