4/3/2023 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20230302/8796579/bolero-inmersivo-ravel-caixaforum-barcelona.html
La Caixa estrena su segunda apuesta por la tecnología avanzada aplicada a la divulgación de la música clásica.
La aventura de maridar la música clásica con la experiencia inmersiva en 3D se está convirtiendo en algo muy serio en el seno de la Fundació La Caixa. La entidad inició hace tres años esta nueva forma de divulgación y acercamiento de la clásica a todos los públicos con el multipremiado Symphony , un proyecto innovador de realidad virtual inmersiva al que se sumó el director de orquesta Gustavo Dudamel, bajo cuya batuta podía sentirse el espectador mientras se exponía a un viaje astral de luces y música.
Y si aquellos 12 minutos que duraba la experiencia supieron a poco tal y como valoraron muchos usuarios –de momento lo han visto 300.000 personas en 21 ciudades españolas, y el 69% salió con ganas de ir a un concierto de clásica–, la actual colaboración con el Liceu que a partir de este 3 de marzo se puede visitar en CaixaForum Barcelona invita a calzarse de nuevo las gafas de realidad virtual (se puede ver en 2D en la nueva plataforma CaixaForum+) durante 16 minutos, los que dura Bolero de Ravel.
Las técnicas 3D también se aplican al sonido y el espectador ve variar su intensidad según cambia el plano
La Simfònica del Liceu dirigida por su titular, Josep Pons, se expone a las cámaras de 360º del realizador y músico Ígor Cortadellas, con quien La Caixa está contando para esos proyectos punteros y quien a su vez pone en práctica una tecnología en constante evolución. “De hecho usamos una cámara que es un prototipo, la mejor que existe para rodar en 360º con máxima calidad. Sólo este fabricante de Londres, Visualize, ha encontrado la manera de reducir a dos ópticas lo que antes era un Frankenstein con varias de ellas –apunta Cortadellas–. Pero esos dos planos hay que coserlos en algún punto en el que no debe haber acción, y en cambio nosotros las exponemos justamente a una orquesta con muchos músicos y movimiento. Estamos forzando la tecnología al máximo a la vez que el rodaje es muy rudimentario”.
“Estamos en el zenit de la tecnología y a la vez en la prehistoria de ese sistema: es Méliès”, ríe Pons. “Había que ver a tiempo real si cada toma era cosible, cosa que sólo podían hacer en Londres. La daban por buena allá para seguir rodando aquí”. La técnica 3D también se aplica al sonido: así, cuando cambia el plano, varia la ubicación acústica, la reverberación, la intensidad de un instrumento que queda de repente más cerca. Y girando la silla, el espectador ve alterado el sonido en cada auricular.
Más de 150 personas, entre músicos y personal técnico, se focalizan en explicar qué es una orquesta, los colores que distinguen al instrumento, lo que persigue cada músico. Y profundizando en una obra en particular: ese innovador Ravel, popular por su estructura circular y su inconfundible in crescendo. Este clásico de 1928 permite además ir presentando los instrumentos según aparecen. ¿Había riesgo de convertirlo en un documental educativo?
El equipo se aleja de lo que sería una clase socrática e invita a los músicos a explicar el lado vivencial, profundo, poético. Hablan de la homogeneidad –“somos muchos para una sola voz”–, las diferencias de color de los vientos –“el aire, la vida”–, la percusión –“la empatía, el poder”–. Es lo que aparece en el video previo con una banda de estorninos levantando el vuelo al unísono. Cortadellas se pateó media Catalunya hasta encontrar donde pernoctaban...
MARICEL CHAVARRÍA
La Vanguardia