11/5/2022 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20220510/8254869/daniel-harding-batuta-director-orquesta-piloto-air-france-palau-musica.html
El director de orquesta Daniel Harding explica por qué compaginar música y vuelo "es bueno para el cerebro".
Si viajan en Air France no esperen escuchar su voz por megafonía en pleno vuelo diciendo aquello de "les habla el capitán". Porque en la cabina de pilotaje del Airbus A320, el británico Daniel Harding (Oxford, 1975) no manda tanto como en el podio de las orquestas. Es primer oficial, el equivalente al concertino. En cambio sí se puede oír al capitán mencionándole junto al resto de la tripulación... ¿Sabrán los pasajeros que están en las increíbles manos del titular de la Orquesta Sinfónica de Radio Suecia?
"Qué más da, nadie está escuchando", responde entre risas Daniel Harding en la única pero muy animada entrevista que concede a su paso por Barcelona. Estos 9 y 10 de mayo dirige nada menos que la integral de Sinfonías de Brahms en el Palau de la Música Catalana. Y no, no ha puesto el piloto automático. A sus 46 años y después de tres décadas al frente de las mejores orquestas -debutó con 16 en la Sinfónica de Birmingham y con 21 en la Filarmónica de Berlín en la que Claudio Abbado le llamaba "mi pequeño prodigio"-, este astro de la interpretación musical prefiere dedicar su energía a dos tareas totalmente opuestas.
O sea que cobra un sueldo de Aire France aunque no lo necesita, ¿es eso?
Puede mirarse desde esta perspectiva, sí, ja ja, no lo había pensado. Pero verá: hay gente que se toma un tiempo para hobbies, otra que se lo toma para descansar y luego estamos los que hacemos otro trabajo. Para mí es muy saludable. Lo disfruto y a mi cerebro le conviene. Además, al llegar a tus 40 es positivo comenzar algo de cero, sobre todo porque ya llevo treinta años dirigiendo orquestas maravillosas y llega un momento en que te cuestionas y te dices, "ok, voy aprender algo nuevo y voy a ser constante para llevarlo al máximo nivel". Es un reto muy saludable y creo que debería hacerlo más gente.
La gente a la que le encanta volar suele ir al aeródromo y pilota una avioneta...
Sí, claro, pero ¿sabe qué pasa? No me gusta hacer las cosas solo un poquito.
Pilotar avionetas es divertido pero quería transportar gente y aprender a ser profesional. No hacerlo a medias"
Entonces es que quiere llevar gente, igual que dirige a cien músicos quiere transportar a doscientos pasajeros.
A ver, me encanta pilotar avionetas, es muy divertido, pero quería transportar gente, sí, y también aprender a ser profesional. No hacerlo solo a medias, hacerlo adecuadamente.
Pero este tipo de aviones van solos, en pleno vuelo se activa el piloto automático... ¿qué está haciendo allá arriba?
Nooo, eso es lo mismo que se dice de los directores de orquesta. "Los músicos van solos, qué haces allí", ja ja. Es un trabajo muy parecido en este sentido: le das la espalda al público y la gente se cree que no haces nada. Pero el otro día llevaba a un amigo de pasajero y vino a vernos a cabina y dijo "pero chicos, ¡si trabajáis durísimo aquí!" Ja ja. Ahí estás muy ocupado.
El de director y el de piloto son trabajos parecidos: le das la espalda al público y la gente se cree que no haces nada"
¿Y hace vuelos transatlánticos (para desesperación de sus agentes a los que no les coge las llamadas)?
No, hago Europa y un poco del norte de África. Estuve justamente en Barcelona hace dos semanas y un mes atrás.
¿Quiere decir que aterrizó en el Prat?
Sí, sí. Voy a donde me mandan. Y he hecho mucho de España: Barcelona, Madrid, Málaga, Valencia...
¿Y dice que en Air France acogen a artistas?
Lo que pasa es que tienen una larga tradición de decir que la cultura empresarial es más rica por tener a gente interesante que hace cosas diversas. Uno de mis colegas era astronauta, comandante de una estación espacial internacional; otro es tetracampeón de esquí y campeón olímpico... entre los 400 pilotos que tiene Air France hay muchos que están haciendo cosas interesantes. No todo el mundo hace como yo, que tengo dos vidas, pero tienen habilidades fascinantes. El otro día conocí a dos personas de la tripulación que tocaban el piano maravillosamente. Es una comunidad fantástica.
El maestro Harding en modo avión
El maestro Harding en modo avión Twitter
¿Y cuando aterrizan montan alguna soirée musical?
Noooo, somos muy serios. Pero desde el punto de vista humano es magnífico, conoces a gente con distintas ópticas. Gran parte del trabajo de piloto consiste en relacionarse, es lo que tiene trabajar en equipo. Porque volar sólo es seguro si todos, absolutamente todos, esto es, los que somos en cabina, auxiliares, los colegas en la radio y los de mantenimiento, estamos bien conectados. Es un reto.
¿Y no le parece que su reto de contacto humano está bastante cubierto con su faceta de director de orquesta?
Es otra perspectiva. Mi vida como director de orquesta consiste en tomar muchas decisiones y la gente se adapta a mí. Y ahora me tengo que adaptar a la personalidad de mi capitán. Y he de decir que aprendo mucho de lo que es ser músico en la orquesta.
Como decía Claudio [Abbado], la música es algo que haces comprometido al cien por cien y no puedes hacerlo cada día"
Su doble vida se vio inmediatamente truncada por la pandemia. Ahora que volvemos a la normalidad la pregunta es ¿qué porcentaje de tiempo dedica a cada uno de estos dos trabajos?
En estos momentos le estoy dedicando mucho tiempo a volar, porque es algo nuevo. Estoy al 50%-50%, pero claro, no tengo ni un día de vacaciones, jajaja. A medio plazo estaré dirigiendo 30 o 35 programas al año, lo que es mucho. Cuando pienso en Claudio [Abbado] y cómo me decía... "haces demasiado, no hagas tanto"... Seguro que no se esperaba que esta fuera mi solución, ja ja, pero la filosofía que encerraba esta frase era que la música es algo que haces comprometido al cien por cien y por lo tanto no puedes hacerlo cada día. Tienes que estar muy concentrado, de manera que luego necesitas dar un paso atrás y darle a la música un poco de espacio. Es muy saludable como músico.
¿De niño también era tan multitarea?
No, pero ya sabe que los músicos tendemos a estar con la música todo el día en la cabeza. Mientras andamos por la calle, en la cena... siempre la escuchamos. Y está muy bien obligarte a concentrarte en algo más. Muchos músicos entienden la importancia de dejar a un lado la música por un tiempo y dedicarse a otra cosa intensamente. Así limpias tu cerebro y vuelves a la música puro.
Es bueno dedicarse a algo que requiere tanta concentración como para alejarte de la música"
¿Está diciendo que no oye música en su cabeza en las horas de vuelo?
No, y es magnífico. Es importante desconectar. Claro que tu subconsciente se dedica siempre a solucionar cosas, pero es bueno dedicarse a algo que requiere tanta concentración como para conseguir alejarte de la música.
Ahora está aquí en Barcelona dirigiendo las cuatro Sinfonías de Brahms... ¿Dónde estaba hace tres días?
Volé jueves, viernes y sábado, todo vuelos nacionales: Marsella, Burdeos y Niza.
Alucinante. ¿Y cómo ha sido hasta ahora la experiencia humana y musical con la Sinfónica de Radio Suecia? Se cumplen 15 años desde que comenzó usted como titular.
Es una orquesta magnífica, hace un trabajo increíble, tiene un sonido precioso. Es muy humana y humilde, lo que es importante en un músico. Dan todo lo que tienen y después de cada concierto se toman su tiempo de análisis para ver qué pueden aprender y mejorar. Suena a obviedad pero cuando estás en una orquesta de mucho nivel es fácil acomodarse, y esta esa es una orquesta a la que le encantan los retos. Después de 15 años juntos nos conocemos, confiamos y hay un sentimiento casi como de cuarteto de cuerda... trabajamos como si fuera una orquesta de cámara. Vamos, lo ideal para hacer música.
Todas las orquestas tocamos regularmente las Sinfonías de Brahms, pero hacerlas de una tacada es como leer la 'Ilíada'"
¿Cuán cómodo le resulta afrontar la integral de Sinfonías de Brahms en un ciclo de dos días?
Uf, es ingente. Han pasado años desde la última vez que lo hice. Fue en una gira por Japón con la Mahler Chamber Orchestra. Todas las orquestas tocamos a menudo las Sinfonías de Brahms pero hacerlas de una tacada es un esfuerzo. Es como leer la Ilíada, no es nada ligero. No obstante, es bueno concentrarse en un solo compositor, en tu lenguaje, en tu punto de vista, seguir la historia y su desarrollo a través de las piezas... es una forma muy intensa de trabajar. Y para el público, poder escucharlas como aquí en Barcelona en solo dos días es un regalo.
Saludando a la concertino de la Sinfónica de Radio Suecia antes de comenzar el concierto del lunes en el Palau de la Música Catalana
Saludando a la concertino de la Sinfónica de Radio Suecia antes de comenzar el concierto del lunes en el Palau de la Música Catalana Pere Armadàs Bosch
¿Su perspectiva de Brahms ha cambiado con los años?
Si, seguro. Siendo muy joven grabé la 3ª y la 4ª, y cuando las escucho veo ideas que me gustan, pero ahora son distintas. Y en 20 años será de nuevo distinta. Estamos ante una música que es más fuerte que ninguno de nosotros, de manera que llegamos y contribuimos a una perspectiva y un entendimiento de esas obras, y cada orquesta y cada batuta que se aproxima a ellas aportan una pequeña pieza de un engranaje.
¿Diría que en los últimos treinta años ha cambiado notablemente la manera de interpretar el periodo romántico?
Es interesante ver la influencia de los músicos que en los sesenta y setenta comenzaron a tocar música barroca con instrumentos antiguos, porque eso tuvo una influencia enorme en cómo interpretar Mozart y luego Beethoven. Más adelante la gente comenzó a aplicar eso mismo a Brahms, Mendelssohn y Schumann, y aprendimos mucho de ello. Hace 20 años estaba muy fascinado por la interpretación historicista, pero tal vez ahora intento integrar todo eso que aprendí a una manera más cálida y rica de hacer música. A lo que siempre paro atención es al hecho de que la música necesita ser tocada como si fuera de cámara y de manera comprensible. Brahms escribe en constante diálogo entre los instrumentos, y las partes de vientos son tan interesantes... siempre tenemos que buscar la transparencia y una manera de expresarnos que permita fluir toda esa conversación, para que pueda ser seguida por la gente.
De las de Brahms, la 2ª Sinfonía es la única que cuando subo al escenario a tocarla no tengo la sensación de ir a sufrir"
La segunda Sinfonía es de una ternura que hace pensar en el amor que le profesaba a Clara Schumann y no podía expresar. ¿Lo ve así?
No lo sé, pero sí sé que es un sentimiento totalmente distinto el de la 2ª. Es la única de las cuatro que cuando subo al escenario a tocarla no tengo la sensación de ir a sufrir, ja ja. Porque el resto te agotan físicamente. En cambio en esa te sientes protegido, hay una atmósfera especial en ella. Claro que hay mucha turbulencia en el segundo movimiento, mucha pasión y contratiempo, pero hay más luz que en el resto. La 4ª, por ejemplo, es un mundo terrible. Su primer movimiento es tan oscuro y feroz...
Brahms requiere una gran esfuerzo físico, indica la batuta británica. Daniel Harding tiene una rutina diaria de diez minutos de ejercicios para estar en forma y encara el podio
Brahms requiere una gran esfuerzo físico, indica la batuta británica. Daniel Harding tiene una rutina diaria de diez minutos de ejercicios para poder estar en forma en el podio Antoni Bofill
Usted es dinámico en el podio. ¿Hay algún entrenamiento para estar en forma en el podio o dirigir ya es el ejercicio en sí?
Un poco sí, pero es curioso porque de jóvenes todos nos movemos mucho en el podio y cuando te vas haciendo mayor y más disciplinado ya no tanto. Y entonces te das cuenta de que es por eso que todos engordan, porque no se mueven lo suficiente, ja ja. Dirigir una una actividad extremadamente física, y todos tenemos que encontrar la manera de cuidarnos. Es exigente y utilizas músculos raros. Hay que mantenerse flexibles y conscientes. La verdad es que ninguna de las profesiones de músico es particularmente sana. Tocar el violín ocho horas al día...está claro que no es una posición muy natural. Pero cada cual tenemos que encontrar la manera .
¿Y qué hace? ¿Yoga?
No, no tengo tanta paciencia. Sí tengo una serie de ejercicios que me gusta hacer. Y a diario me doy diez minutos para estar flexible y mantener los músculos centrales del cuerpo fuertes. Eso te protege.
Daría lo que fuera para volver a pasar por esa juventud que tuve junto a Rattle y Abbado, y directores como Peter Brook, Patrice Chéreau y Luke Bondi"
¿Cómo recuerda el periodo que siendo tan joven trabajó de asistente de Simon Rattle o Claudio Abbado?
Daría lo que fuera para volver a pasar de nuevo por ese periodo. Entre los 16 y los 30 pasé un tiempo con Rattle y Abbado, y también directores escénicos como Peter Brook, Patrice Chéreau o Luke Bondi. Estaba rodeado de los más extraordinarios seres humanos y cerebros teatrales. Aprendí mucho pero me encantaría disponer otra vez de ese tiempo siendo un poco más maduro que entonces. A veces no sabes cómo sacar toda la sustancia a la inspiración que te rodea. Tuve mucha suerte pero estoy celoso de mi yo joven. Echo de menos a esa gente con la que hacer ópera... Chéreau, Bondi... Tengo que encontrar una nueva generación de directores de escena con la que pueda tener esa clase de inspiración.
¿Que siendo británico viva en París tiene algo que ver con el Brexit?
No, ya vivía en París antes del Brexit. Tengo suerte porque veo a mis colegas que se han quedado varados detrás del telón de acero, ja ja. Tomé la decisión de vivir en Europa hace tiempo y estoy bien. Soy feliz aquí y no me imagino volviendo a Reino Unido ahora. Es una decisión tan insólita desconectarse del mundo de esta manera. No la puedo entender. Lo siento por ellos pero me alegro por mí.
Maricel Chavarría
La Vanguardia