22/12/2021 |
https://elpais.com/cultura/2021-12-21/alexander-liebreich-director-de-orquesta-los-buenos-compositores-no-son-siempre-buenas-personas.html
El músico bávaro es el nuevo titular de la Orquesta de Valencia tras una singular carrera internacional que le ha llevado a trabajar en Holanda, Corea, Polonia o República Checa
Alexander Liebreich no es un director alemán al uso. Prefiere definirse como bávaro, en referencia al land donde nació hace 53 años (en la población de Ratisbona). También rechaza el llamado “sonido alemán” como un tópico asociado a un director austriaco como Herbert von Karajan. Es crítico con el desinterés de su país por la tradición y ha vivido en Holanda y Polonia, países que suelen mirar con suspicacia histórica a sus vecinos germanos. De origen judío (sus abuelos murieron en el campo de concentración de Auschwitz), con lazos familiares en Bohemia, licenciado en Filología Románica y discípulo del italiano Claudio Abbado, el nuevo director titular de la Orquesta de Valencia es un músico singular.
Su trayectoria cosmopolita le llevó en 2011 a ser el primer europeo en dirigir el Festival Internacional de Música de Tongyeong (TIMF) en Corea del Sur, uno de los más importantes certámenes en Asia. Participó durante un decenio en un programa del Ministerio de Relaciones Exteriores de su país con el trasfondo del ejemplo de la unificación alemana que le permitió también trabajar en la hermética Corea del Norte y conocer su entonces importante formación musical, en ocasiones en compañía del expresidente de EE UU Jimmy Carter.
Director titular de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga e invitado en formaciones como la de São Paulo, de la que destaca su vitalidad, Liebreich recuerda cómo le ha marcado también su paso por la dirección de la Orquesta Sinfónica Nacional de la Radio Polaca entre 2012 y 2019. “En la católica Polonia tienen un tipo de espiritualidad que también está aquí en España. Creo que debemos aspirar a conseguir un poco de espiritualidad, y no necesariamente como algo religioso. Lo echamos de menos en la música, pero los tiempos tampoco acompañan”, explica en la sala de ensayos del Palau de la Música de Valencia.
“En Polonia me quieren aun siendo alemán”, agrega con ironía sobre un país al que siente muy vinculado. Es inevitable preguntar por la situación política y cultural. “Muchos de mis amigos de allí tienen mucho miedo porque ya no pueden hablar libremente. Pero es muy fácil juzgar desde nuestra perspectiva. El pueblo polaco tiene una inteligencia, una cultura y una tradición increíbles y busca su nueva identidad. También hay muchas manifestaciones por la libertad de pensamiento y mucha gente que no está de acuerdo con el Gobierno de derechas”, apunta.
Admirador confeso de compositores como Franz Schubert y Felix Mendelssohn, Liebreich propone una lectura de la vida y de la música que se aleje del blanco y negro. “Creo que en Alemania están matando la tradición. Los alemanes odian a los alemanes, pero tenemos que conocer nuestra cultura para renovarla”, sostiene. Menciona ejemplos como una petición en Múnich para cambiar los nombres de las calles dedicadas a Wagner o Strauss por su relación con los nazis o el uso que el régimen hizo de ellos; o una iniciativa para dejar de tocar La flauta mágica porque hay incorrecciones políticas. “Y claro que las hay: Monostatos [personaje de la obra de Mozart], a veces tiene la cara pintada de negro, entre otras cosas. No se puede limpiar todo. Eso es lo que hacen los fascistas. Las cosas no son blancas o negras y los buenos compositores no han sido siempre buenas personas. Hay que saberlo y reflexionar. Pero el problema es que la gente no quiere reflexionar, solo quiere ver blanco o negro”, argumenta.
Aprendiz en la Concertgebow de Ámsterdam del director austriaco Nikolaus Harnoncourt, Liebreich no se siente cómodo con el sonido alemán de la música clásica. “Creo que erróneamente se ha vinculado a una tradición quizás con Karajan, que era austriaco. Y también quizás con [Christian] Thielemann, quien habla siempre de su sonido alemán. Brahms, especialmente en su primera sinfonía, hace referencia a Beethoven, en primer lugar, y al sonido de la naturaleza, en segundo... Hay una tradición maravillosa humanística en Alemania, en Baviera, y en lugares donde se habla alemán. Pero cuando como Karajan o Thielemann prefieren un sonido como el de la Filarmónica de Berlín, pues no es mi sonido. Sí, tiene tensión, pero no es rico ni tiene contrapunto”. Prefiere el sonido de Claudio Abbado, “que dio un paso en la dirección contraria para alejarse del sonido alemán, con su idea de hacer música para comunicar”. También comparte la idea del maestro milanés de hacer “gran música de cámara”.
Liebreich pretende transmitir todas estas ideas a los músicos de la municipal Orquesta de Valencia, creada en 1943. No se estrenará hasta 2023 en la sala principal del auditorio municipal debido a la caída de una parte del falso techo que obligó a cerrarla en julio de 2019. Se detectaron más problemas estructurales y se elaboró un proyecto de reforma con un presupuesto de 12,6 millones de euros. De este modo, el auditorio, con una de las mejores acústicas de España, permanecerá cerrado un total de cuatro años debido a las obras, que deben iniciarse a principios del 2022, y la lentitud de todo el proceso administrativo. El director lamenta el problema, pero intenta poner al mal tiempo buena cara, centrarse en el trabajo de los músicos y en sus conciertos en el vecino Palau de les Arts y en otras salas.
Ferran Bono
El País