16/6/2021 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20210615/7530443/temporada-ibercamera-musica-clasica-barcelona-gergiev-pires-currentzis.html
El ciclo barcelonés incorpora al pianista Nelson Goerner, protagonista también del Festival de Cervià de Ter.
Ibercamera ha dejado lista una temporada 2021-22 en Barcelona con la que resarcirse de las restricciones que trajo la pandemia. Seis de los once conciertos que presenta los ofrecen orquestas sinfónicas de toda Europa: de la del Mariinsky, con Valery Gergiev en Vida de Héroe de Richard Strauss, a la SWR de Stuttgart, dirigida por Teodor Currentizs, pasando por la de Düsseldorf, con Adám Fischer a la batuta y Sir András Schiff al piano en el Concierto núm. 5 de Beethoven.
O la de la Radio Suecia con Daniel Harding de capitán (en la ya anunciada integral de Sinfonías de Brahms) y la de Hungría, con János Kovács y Mireia Barrera comandando La Creación de Haydn. Además de la cada vez más espectacular Sinfónica de Viena, con el maestro colombiano Andrés Orozco-Estrada en la 7ª de Beethoven y la solista noruega Vilde Frang en el Concierto para violín.
No faltarán tampoco Maria Joao Pires en afinidad con el violinista Fumiaki Miura, que inaugurarán la temporada el 21 de septiembre en el Palau de la Música Catalana con el recital que se pospuso por la pandemia, a base de Sonatas de Brahms, Debussy y Beethoven. El artista japonés, cuya naturalidad en el lenguaje clásico tiene a la mítica artista portuguesa totalmente fascinada, repetirá en abril en la temporada Ibercamera de Barcelona, esta vez en tándem con la pianista Varvara, junto a la que se adentrará en Prokófiev.
La pianista argentina Martha Argerich tocará a cuatro manos con Nelson Goerner, 'En blanc et noir pour deux pianos' de Debussy y 'Danzas sinfónicas' de Rachmáninov Roberto Serra - Iguana Press / Getty
Maruizio Pollini actuará en solitario al piano, mientras que Martha Argerich lo hará a cuatro manos con el pianista Nelson Goerne, una nueva incorporación de la Agencia Camera que da la casualidad que lleva tiempo tocando con la diva argentina del piano. De hecho son vecinos, apunta Josep Maria Prat, presidente del Grup Camera.
Nelson Goerner es acaso el último representante de la fabulosa escuela argentina que ha dado grandes pianistas como Bruno Gelber, Daniel Barenboim y la propia Argerich. Goerner es a sus 52 años un artista consagrado que actúa con las principales formaciones del mundo, desde la Filarmónica de Londres a la de Los Angeles, siendo invitado por festivales como el de Salzburg o los BBC Proms.
Ibercamera apuesta fuerte por él en su presentación como artista de la casa, con cuatro apariciones estelares: en la temporada de Girona con la Orquestra Gulbenkian de Lisboa, en la de Barcelona con la Simfònica del Mariinsky de Valery Gergiev, con quien interpretará el Concierto nú. 1 de Brahms, y a dúo con Argerich. Pero también como protagonista del Festival de Cervià de Ter, en el que abordará la Suite Iberia por primera vez en España.
Finalmente, Ibercamera apuesta por la voz en el concierto del contratenor vasco Carlos Mena, que interpretará Cantatas de Bach acompañado por el conjunto Forma Antiqva que dirige Aarón Zapico. Ibercamera cuenta para esta 38ª temporada barcelonesa con un presupuesto que roza los 700.000 euros.
"Durante la pandemia hemos mantenido la actividad y nos hemos inventado otras cosas sobre la marcha, cosa que nos ha permitido reflexionar sobre por qué programamos conciertos de la manera que lo hacemos -afirma Josep Maria Prat-, y la cuestión es que entendemos la música como un servicio y no como una exhibición. Actuamos de forma no casual sino causal, porque somos parte de una cadena al servicio de la interpretación y de la afición musical. Y es bajo este criterio que programamos buscando siempre la excelencia".
La temporada Ibercamera ha podido mantener las giras de orquestas porque cuenta con un público fiel, "con una erosión del 20% de abonados que este año esperamos recuperar". La temporada de Madrid Ibercamera contaba con 1.500 abonados y ahora podrían ser 1.250. La de Barcelona está estabilizada en 1.000 y la Girona en 600.
MARICEL CHAVARRÍA
La Vanguardia