7/5/2021 |
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Ambición y trabajo de fondo: el motivo por el que las estrellas de la clásica recordarán del oasis español
Gustavo Dudamel dirige Otello en el Liceu (Foto David Ruano)
Cuando en julio del 2020 la desescalada del confinamiento permitió que las salas de clásica emprendieran una tímida reapertura, con poco público y grandes medidas de seguridad, todo hacía presagiar que la programación se alimentaría únicamente de artistas de kilómetro 0. Entre los cuales, huelga recordarlo, había nombres con trayectoria internacional.
Sin embargo, ni el Gran Teatre del Liceu, ni el Teatro Real o el Palau de les Arts, por citar tres casas de ópera referenciales en España, renunciaban a diseñar una temporada ambiciosa. Es más, a medida que se acercaba la rentrée, a las estrellas mundiales les fue quedando claro que lo de poder cantar, tocar o dirigir ante un público presencial sería un coto privado o bien ruso o bien ibérico.
Teatros, auditorios y festivales
Ser los únicos en lucir, semana sí semana también, al star system planetario de la clásica les ha acabado reforzando
Teatros, auditorios y festivales se enfrentaban en aquel momento a un trabajo ingente: hacer y deshacer según los vaivenes de la pandemia; vender y devolver entradas al son de las exigencias sanitarias; invertir y velar por los protocolos de seguridad tanto en el escenario como en la platea... Pero ha tenido su recompensa, pues ser los únicos en lucir, semana sí semana también, al star system planetario de la clásica les ha acabado reforzando.
“¡Barcelona se ha convertido en la capital de la cultura europea!”, proclamó hace unos días el maestro François-Xavier Roth tras su concierto con Les Siècles en el Palau de la Música Catalana. “¡España es un ejemplo a seguir!”, decía Daniele Gatti días antes dedicando con la Mahler Chamber Orchestra un aplauso al público y la sala modernista.
¿Permanecerá esta percepción por parte del público y de los artistas una vez vuelvan las cosas a la normalidad? ¿Cómo han de trabajar algunos espacios barceloneses, por ejemplo, para consolidar ese estatus? El Liceu, sin ir más lejos, tiene la oportunidad, si Barcelona sigue siendo sexy , de compensar esos años en que no se esforzó en alimentar su magna leyenda.
“España en general ha contentado al público abriendo las puertas, y los artistas han apreciado la posibilidad de actuar. Otra cosa es que quieran comprometerse de por vida por ese momento”, advierte Víctor Garcia de Gomar, director artístico del Liceu, quien en esta pandemia supo estrechar lazos con todo un Gustavo Dudamel para que dirigiera una ópera en concierto (Il Trovatore) y otra escenificada (Otello).
Pero cuando llegue la normalidad, esos grandes templos de la lírica que han estado cerrados al público durante la pandemia –Met, Covent Garden, Scala, París...–, y cuyo presupuesto puede llegar a quintuplicar al del Liceu, volverán a escoger a placer entre el top internacional de artistas. Y el espacio que tiene el Liceu en ese mercado volverá a su normalidad.
En ese contexto, habrá artistas que recuerden la gesta del coliseo lírico barcelonés estando el resto del mundo en silencio, pero habrá otros a los que habrá que recordarles que en los duros días de Covid, las salas españolas les generaron experiencias que, como apunta Robert Brufau, director de L’Auditori de Barcelona, quedarán para toda la vida. Emociones que no equivalen a un simple amor de verano...
"Muchos de los artistas -comenta Brufau-, especialmente los internacionales que han pasado por la sala cada semana, no pisaban un escenario con público desde hacía meses. La emoción y las sensaciones han sido únicas e irrepetibles. Hemos visto llorar en los escenarios y nervios en el backstage que no habíamos vivido hasta ahora".
En todo caso, el Liceu continúa trabajando para seducir a los mejores artistas y agencias, y "ya se comienza a identificar Barcelona como la plaza en la que pueden tener lugar cosas interesantes a futuro”, añade De Gomar
Se está identificando Barcelona como la plaza en la que pueden tener lugar cosas interesantes a futuro
Faltan pocas semanas para que cada sala y cada ciclo eche cuentas y vea el impacto económico de la pandemia en este y futuros presupuestos. El aumento de aforo sería clave en este cuarto trimestre para que el balance final no sea tan desastroso.
El Palau, que se financia básicamente con ingresos propios y patrocinios, está haciendo malabarismos: “El bajón de público tanto en conciertos como en visitas ha sido devastador, aunque la fidelidad del público local es muy esperanzadora y nos anima a seguir”, señala Joan Oller, director general de la sala modernista, que contaba sobre todo con ingresos del sector turístico.
Con todo, no ha renunciado a nada de lo previsto en su temporada: la Novena de Beethoven con Dudamel, la integral de Schumann con Gatti, la orquesta de Teodor Currentzis, Pinchas Zukerman, Joyce Di Donato, Jakub Kózef Orlinski, Jordi Savall...
"Disponer de todos los artistas mientras Europa estaba cerrada ha sido un orgullo pero no creemos que siente ningún precedente distinto para nuestro púbico, pues eran artistas ya programados y previstos desde el año anterior, siguiendo la línea artística del propio Palau", afirma Joan Oller, director general dela sala.
También explica que por lo que al Palau Digital se refiere, que en la pandemia se ha visto propulsado como una ventana al mundo, con 100,000 visualizaciones desde el confinamiento, hay un significativo avance en compartir streamings con el resto de auditorios europeos, llegando así a muchísima más audiencia. “Lo que supone un antes y un después en el modo en que el público melómano internacional percibirá Barcelona en el mapa musical mundial”, añade Oller.
El star system
Gergiev, Dudamel, DiDonato, Netrebko, Currentzis, Gatti, Pires, Savall, Kissin, Bell... han actuado o girado por España
Es sin duda momento de posicionarse. También los ciclos privados de música clásica han sido objeto de admiración y reconocimiento por parte de la comunidad artística mundial. Ibercamera se ha esforzado en traer orquestas de gira por España, como la troupe del Mariinsky con Valery Gergiev, justo después de las Navidades. O más tarde a Daniil Trifonov, Maria Joao Pires o el tándem Fumiaki Miura y Varvara.
El director del Teatro Mariinsky, Valery Gergiev, durante el concierto de Valencia.en enero de 2021). Live Music Valencia
Ibercamera prevé cerrar con pérdidas los años 2020, 2021 y 2022. Y con ayudas públicas que no superan el 20% de su presupuesto, el Grup Camera está diversificando su actividad de management de artistas y organizando giras “para contrarrestar las pérdidas”, explica Josep Maria Prat.
Por su parte BCN Clàssics –que ha logrado traer a España a Evgeny Kissin y a ese trío sublime que formaron finalmente Joshua Bell, Steven Isserlis i Alessio Bax– cerrará este curso con “muchas dificultades”, pero confiando en que en otoño se retome la programación regular de grandes intérpretes.
“En cualquiera de los escenarios que se derive de este último trimestre, el planteamiento que hacemos desde L’Auditori es expansivo, de recuperar una cierta normalidad, generar ilusión y hacer estallar la cultura con fuerza”, dice Brufau. El equipamiento celebró una Bienal del Cuartetos, acogió a Les Musiciens du Louvre o a artistas que debían superar el Brexit como Ian Bostridge o los hermanos Sheku e Isata Kanneh-Mason, amén de grandes solistas para la OBC.
Muy conectada a la red de auditorios europeos ECHO, L'Auditori también puso en marcha su plataforma digital, pero en su caso con el principal objetivo de retransmitir conciertos huyendo de la gratuidad y como complemento a la presencialidad. En siete meses ha registrado 350.000 suscripciones de un público de los cinco continentes.
Finalmente el Liceu, por el que han pasado a parte de Dudamel, figuras como Anna Netrebko, Sondra Radvanovsky, Piotr Beczala, Lisette Oropesa o Ermonela Jaho, así como algún británico de Lessons in love and violence que tuvo que sortear el Brexit, prevé volver a la normalidad en el 2022, pues goza desde diciembre de la rebaja fiscal por su 175.º aniversario, “lo que nos anima a pensar que mantendremos los ingresos del mecenazgo”, apunta Valentí Ovideo, director general.
En cuanto a su política de comunicación, tanto su reapertura con el sorprendente Concierto del Bioceno , que fue portada del National Geographic , como el interés que ha despertado el Otello de Dudamel entre la prensa estadounidense (siendo él director de la L.A. Phil, acudieron a cubrir ese estreno Los Angeles Times y el New York Times) o la prensa francesa (en el momento de ser nombrado director musical de la Ópera de París), han contribuido a situar la plaza de nuevo en la palestra. El Gran Teatre anuncia a su vez la inminente plataforma audiovisual que se lanzará a partir de la próxima temporada con la emisión en director de algunos títulos de la misma.
MARICEL CHAVARRÍA
La Vanguardia