15/12/2020 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20201215/6121251/beethoven-aniversario-sinfonia-benet-casablancas-tardio.html
La 8.ª Sinfonía abre la puerta al estilo tardío en que Ludwig se libera e irradia humor. La comenta Benet Casablancas
Beethoven con ‘amabilitá’
Fue acaso el propio Beethoven quien llamándola “pequeña” contribuyó a estigmatizar su 8.ª Sinfonía que, si bien es cierto que es ligera y pasa en un suspiro, es sobre todo una muestra de exquisitez y madurez técnica. Con ella abre la puerta al estilo tardío del sinfonismo, el momento en que la subjetividad no necesita rechazar las convenciones para afirmarse plena y libremente.
Lo explica Thomas Mann en Doctor Fausto tomando los conceptos de Adorno, tal y como recuerda el compositor Benet Casablancas. El músico sabadellense reconoce que, en este debate entre partidarios de las sinfonías pares y las nones de Beethoven, las pares, aún siendo excepcionales, quedan un poco en la sombra. De ahí que quiera llamar la atención sobre la 8.ª, admirando, eso sí, la capacidad del autor alemán de dotar cada una de sus obras de personalidad propia.
“Pocos compositores y artistas son capaces de dejar atrás el estilo canónico y trascenderlo –dice– yendo más allá del propio estilo, para desconcierto de sus admiradores. Goya, Rembrandt, Durero, Miquel Ángel... las últimas obras de todos ellos son extraordinarias. Y Goya coincide además en el tiempo con Beethoven: las Pinturas negras y los Cuartetos de cuerda se crean a la vez. En este sentido, Beethoven es intercontemporáneo: no solo contemporáneo de su época, lo acaba siendo de todos”.
Casablancas destaca de esta sinfonía su concisión y capacidad de concentración. “Es de una potencia enorme -asegura-. Y nos permite hablar de un cierto neoclasicismo porque hay un distanciamiento emocional. El 2.º movimiento tiene humor, ingenio, ironía y joie de vivre a manos llenas. Es un humor salvaje, colosal, de una fuerza casi expresionista. Y una ironía refinada que dirige a oídos cómplices, por ejemplo, al sustituir el habitual movimiento lento por un allegretto skerzando, el movimiento mecánico del perpetuo mobile. O ese minueto que contradice la métrica ternaria de la danza para derivar en un movimiento pendular, un 2x4..."
Benet Casablancas en uno de sus últimos viajes a Tokio, en ocasión del estreno de una de sus obras Otras Fuentes
"Es eso que Stravinski admiraba tanto -prosigue- y que le da una dimensión neoclásica, una relectura de las maravillosas obras del último Haydn pero con luz propia, plena y radiante. Es un neoclasicismo avant la lettre, podríamos decir ”. ¿Revolución, cambios drásticos? Casablancas no cree en todo eso que se le atribuye a Beethoven. Y parafrasea a Busoni: Lo que le hace tan relevante es que solapa como una segunda piel concisión y concentración con diversos registros emocional llevados a la máxima expresión.
“En esa 8.ª son más extensas las secciones de desarrollo que las expositivas, algo que caracterizará a Brahms. Hay desviaciones armónicas que anticipan a Schubert; estancamientos que son –añade Benet– verdaderos agujeros negros, zonas oscuras de misterio que acumulan una tensión que ríete tú de Hitchcock... Richard Strauss decía que con todos los medios de gran orquesta y lenguaje postwagneriano que tenían en el siglo XX no podían igualar lo que hacía Beethoven en claridad de acción, delicadeza, fuerza, seguridad”.
Con el pianista Alfred Brendel en la fiesta de aniversario de la editorial Quaderns Crema Àlex Garcia
Y luego está el finale, que a juicio de Casablancas es la arquitectura sonora más original de toda la producción sinfónica de Beethoven. Ahí regresa a modelos de sus maestros, Haydn y Mozart, y da un final equilibrado “pero de potencia impensable y con unas simetrías oculares que la convierten en música visual”. Ingenio y humor hasta el final.
¿Era o no era Beethoven un ser malcarado? “Eso son estereotipos. Su música revela, como sus notas y su cartas y la documentación que de él se tiene, una persona llena de contrastes. Y en este estilo tardío hay que resaltar que en sus obras aparecen indicaciones como “con amabilitá...” El Beethoven de una nobleza espiritual sin fin, ese Beethoven que encontramos en Fidelio, también existe, concluye el más internacional de los compositores catalanes vivos.
Maricel Chavarría
La Vanguardia