12/12/2020 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20201212/6115038/beethoven-aniversario-quinta-sinfonia-destino.html
¡Ta-ta-ta-taaaa! La famosa figura rítmica con la que arranca la 5.ª de Beethoven corresponde a una métrica antigua
El destino llama a la puerta (y los griegos también)
Ta-ta-ta-taaaa (Sol sol sol mi…). Esa secuencia rítmica de tres notas cortas seguidas de una larga con la que Beethoven comienza su 5.ª Sinfonía es uno de los pasajes más icónicos de la historia de la música clásica, o deberíamos decir romántica, pues el portentoso creador alemán, que en la actualidad se habría forrado a fuerza de royalties con esta frase musical, era en ese momento de su vida artística -y tras el abismo estilístico que supuso la 3.ª - puro fuego y pasión.
Cuando su secretario y biógrafo Anton Schindler le pregunta por el significado de esa figura, el genio malhumorado dice: “Así llama el destino a la puerta”. No está claro que la conversación tuviera lugar. Y de ser cierta, tal vez Beethoven despachó a su colaborador con esa respuesta rápida, pero lo cierto es que la 5.ª , ese sinfonía que es un viaje hacia las estrellas a pesar de todas las dificultades, representa la imposibilidad de vencer al destino. Décadas más tarde, Chaikovski rompería esa fatalidad utilizando esa misma figura rítmica en su 4.ª Sinfonía , pero en este caso como un triunfo sobre el destino.
Beethoven había estado madurando largamente esta obra desde que la comenzara a esbozar en 1804 y hasta su estreno en 1808. Mientras tanto hizo Fidelo (su única ópera), el Concierto de violín y la 4.ª Sinfonía . “Necesitaba hacer otras obras para llegar a la madurez de un lenguaje compositivo que le permitiera escribir la 5.ª como él quería”, argumenta Tomàs Grau, director de la Orquestra Simfònica Camera Musicae, cuyo ciclo estable en el Palau de la Música Catalana regresa el próximo día 22 de diciembre con la mítica Maria João Pires de solista al piano.
Ese pilar de la música que es Beethoven, cuya vida transcurre en dos ciudades, en su Bonn natal y en la Viena musical que no tarda en conquistar, se está acercando a la cuarentena y angustiado por su sordera compone con furia y urgencia, sublimando la incertidumbre respecto a lo que su salud auditiva le depara.
Es sabido que en plena Segunda Guerra Mundial, la BBC usó ese ataque inicial de la 5.ª de Beethoven haciendo un símil con la V de la 'victoria' que precisamente en código Morse se representa con tres pitidos cortos seguidos de uno de largo. Pero más allá de esa curiosa coincidencia, el famoso "ta-ta-ta-taaaa" contiene, dice Grau, una interesante mirada al pasado.
“Escribe un primer movimiento que se convierte en una obra central del repertorio de la historia de la música porque ese único movimiento lo contiene todo: la parte rítmica, la emocional, la melódica, la instrumental… Utiliza todos los recursos de la época, trombón, piccolo, contrafagot… todo excepto la voz que llegaría en la 9.ª Sinfonia, cuando Beethoven ve que para el arte total solo le falta añadir coro y voces solistas”, apunta el director catalán.
“Esa combinación de tres cortos y un largo corresponde a un pie métrico griego, el cuartus paeon , así que el maestro alemán se va a lo antiguo para crear algo nuevo. Esa combinación de sílabas cortas y largas con la que los griegos organizaban la poesía la usa él de forma muy innovadora. Aparece claramente en los dos primeros movimientos de la sinfonía. En el 3.º movimiento es todavía obvio, pero en el 4.º, que es una auténtica explosión de energía revolucionaria, está más escondido. Pero la vivencia de haberlo escuchado desde el principio de la obra genera una eclosión en este momento, y es mucho más emocionante si logras que la energía no esconda la métrica" . Y concluye Grau: "Hay que poder explicar ambas cosas: está el Beethoven visceral pero también el analítico, que medita, coge un pie y lo desarrolla hasta las últimas consecuencias”.
MARICEL CHAVARRÍA
La Vanguardia