11/12/2020 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20201210/6108283/heroe-beethoven-sinfonia-aniversario-heroica.html
Ludwig asume que su faceta de virtuoso del pianoforte se le acaba. No oye. Con la 3.ª sinfonía ‘Heroica’ no solo remata a Bonaparte sino que acepta su destino: poeta de los sonidos.
En el estreno de la 3.ª Sinfonía Heroica de Ludwig van Beethoven –1804, palacio del príncipe Lobkowitz– parece que estuvo presente su maestro, Joseph Haydn. Aquella obra les sonó tumultuosa y ruidosa, pero Haydn reconoció que suponía un antes y un después, la música nunca volvería a ser lo que había sido. Más que de una cuestión formal estilística, no obstante, se trataba de la ruptura que aquello implicaba.
En una historia de la música occidental en tres obras, esta sería una de ellas junto con L’Orfeo de Monteverdi (1607) y La consagración de la primavera de Stravinski (1913). Es una consideración del musicólogo y ensayista Oriol Pérez Treviño, para quien lo crucial en la Heroica es que Beethoven expresa sus sentimientos, y eso es algo que se producía por primera vez en la música.
“El tema central de la sinfonía es el propio artista. Beethoven sabe que su hipoacusia, su sordera, irá a peor y, aunque al llegar a Viena él ya compone, es en tanto que virtuoso del pianoforte que brilla y triunfa. Abandonar la idea de sí mismo como ese intérprete extraordinario le supone una crisis existencial muy seria, como refleja en el Testamento de Heiligenstadt , una carta sobrecogedora en la que afirma que él habría amado a los hombres... pero tiene esta sordera. Cuando la lees piensas que el autor de esa misiva habría compuesto un Réquiem, y en cambio él hace la Heroica ”, apunta Treviño.
Una lectura tradicional de esta sinfonía es la relacionada con la figura de Bonaparte. Fervoroso admirador de Napoleón y del ideal revolucionario, Ludwig queda profundamente decepcionado cuando el 2 de diciembre de aquel año ve que se corona emperador. ¡Para qué, entonces, haber llevado a Luis XVI a la guillotina...!, se pregunta a modo de reflexión propia de los románticos. Beethoven rompe el título de su Sinfonía y añade: “en recuerdo del que podría haber sido un gran hombre”. Y este es un asunto que, como afirma el también musicólogo y comisario de la exposición internacional del Any Gerhard, “siempre salpica la modernidad”.
Pero para Treviño, hay otra cuestión más allá de la política. "Esta sinfonía es una invitación sonora a comprender el viaje iniciático que toda persona, por el hecho de vivir, está condenada a hacer. Beethoven ha de superar la etapa de virtuoso y convertirse en ‘poeta de los sonidos’. El 4.º movimiento está basado en su ballet Las criaturas de Prometeo , esto es, el nuevo hombre. Un nuevo hombre capaz de abandonar su ego de virtuoso... Y si en el 2.º hay una marcha fúnebre es porque para crecer hay que morir, ese es su mensaje, lo que pretende decirnos: convertíos en el nuevo hombre, en héroes. Porque el héroe es aquel que descubre su misión en la vida y deja atrás todo aquello que parecía que le hacía brillar. Es Parsifal abandonando aquello que no le permite ir más allá".
La sinfónica se suele considerar música pura, sin referencias literarias. Pero a menudo hay detrás obras de la literatura que provocan la necesidad de escribir. Para Treviño, la Heroica es la lectura que hace Beethoven de personajes de la Ilíada y la Odisea de Homero. El skerzo del 2.º movimiento, festejos ecuestres, con caballos, que ensayan ceremonias fúnebres en memoria del héroe caído, bien podría ser la muerte de Héctor, el príncipe de Troya. Es, al fin, la música como arquetipo. Un sinfonía que marca todo el siglo XIX.
Y estableciendo un paralelismo con Robert Gerhard, Treviño concluye que Beetoven podría ser de los compositores que más se acercan al músico de Valls por la evolución estilística y estética de su vida. "Beethoven pasa de escribir minuetos del clasicismo a hacer los cuartetos de cuerda y la gran fuga, que es música que abre el siglo XX. Pasa de hacer a sonatas al estilo haydn-mozartiano a otras que profetizan a Béla Bartók... Mientras que Gerhard comienza como discípulo de Felip Pedrell y acaba creando música electroacústica".
MARICEL CHAVARRÍA
La Vanguardia