28/5/2004 |
En los últimos tiempos –he dejado pasar semanas para dificultar el reconocimiento de los implicados– hemos leído entrevistas quedejan a uno helado. Un semanario no musical sacó en su portada a Pavarotti y, en páginas interiores, una amplia entrevista. Lógico sería presumir que si el importante medio dedicaba tal atención sería porque había mucho contenido. Pues nada más lejos de la realidad. En la entrevista nos volvieron a recordar que Pavarotti y Mirella Freni tuvieron la misma ama de leche. Y, además, se lo volvieron a recordar al tenor como original y estimulante observación de entrada. A uno no le choca lo que sucedió a continuación: el modenés se puso a bostezar y no abrió la boca más que para soltar lugares comunes. Incluso llegamos a leer que se dormía. Para colmo, la foto más destacada era la de Pavarotti bostezando. Días más tarde se publicó otra entrevista, esta vez con Mijaíl Pletnev de similares características. El pianista y director no estaba de humor y pudimos leer que advertía “¿Qué más? Se va a enfriar su té”. Recuerdo otra de hace ya bastantes años en la que la entrevistadora, hoy famosa escritora, puso a parir a Caballé y sus manos porque la soprano la había hecho esperar una hora.
Gonzalo Alonso
El Cultural