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La Dame de Pique desafío ruso

15/5/2004 |

 

La ópera de Chaikovski llega al Real protagonizada por Domingo

El Teatro Real se viste de gala para acoger el estreno el próximo sábado de La Dame de Pique de Chaikovski, considerada como una de las obras más importantes del compositor ruso. Al frente de un reparto de excepción, intervendrá el tenor madrileño Plácido Domingo que ha convertido a esta ópera en uno de sus recientes caballos de batalla. A su lado intervendrán figuras como Elena Obrastzova, Nicolai Putilin o Hasmik Papian. La producción de Los Ángeles tendrá en el foso a Jesús López Cobos.

Aunque los estudiosos consideran el repertorio lírico ruso como una de las columnas vertebrales de la creación operística posterior a la segunda mitad del siglo XIX, el público en general, sin mostrar excesiva hostilidad, lo ve con cierta distancia. Durante años su presencia en los escenarios ha venido con cuentagotas, tanto por las dificultades del idioma como por la complejidad argumental o de su puesta en escena. Y tampoco son excesivas las grabaciones. Sólo en los últimos tiempos, sin embargo, se ha producido un cambio muy considerable por el esfuerzo de algunos intérpretes occidentales dispuestos a aprender ruso, aunque sea sólo fonéticamente, y por la eficacia de los sobretítulos que permiten comprender el desarrollo de la acción. A ello debe añadirse la facilidad de movimiento de los cantantes rusos tras la caída del régimen soviético. Y si durante años sus óperas fueron su patrimonio exclusivo o, como mucho, compartido por sus hermanos eslavos, poco a poco grandes figuras como Plácido Domingo, Mirella Freni o Neil Shicoff han ayudado a divulgarlas por los principales teatros del mundo.

Entre otros quien ha ido ganando más terreno ha sido Chaikovski (1840 - 1893), con un Eugenio Oneguin impuesto en los escenarios desde hace décadas y cuya Dame de Pique lleva idéntica tendencia. No olvidemos que Chaikovski es “el compositor” ruso por excelencia con gran presencia en todos los ámbitos. Sus tres ballets forman el tronco básico de las compañías de danza. Las sinfonías, poemas sinfónicos y conciertos aparecen en todas las temporadas. Para el pianista Mijail Pletnev “de la misma manera que Beethoven representa mucho más que un compositor alemán, Chaikovski es una figura de significación mundial. Las estadísticas dicen que es uno de los más frecuentados”. Eso no significa que “gran parte de su legado todavía espere a ser descubierto”.

En el capítulo menos conocido están sus óperas que, en su mayoría, permanecen sin estrenar en España. Además de las citadas, en el haber de este compositor figuran obras como Cherevichki, Iolanta, La hechicera, Mazeppa o La doncella de Orleáns caballo de batalla en los últimos años de Mirella Freni. Entre todas ellas destaca, sin embargo, La dame de Pique. La obra original de Pushkin es uno de los mayores legados literarios de la historia rusa y la adaptación de Chaikovski es uno de los monumentos líricos del XIX.

Urgencia creadora
El propio Chaikovski cuenta su origen. En el invierno de 1890, “comencé gradualmente a sentir una urgencia creciente por continuar con mi trabajo, es decir, dedicarme a componer como una forma de descanso. Y entonces, como si hubiera estado planeado, a Vsevolozhski se le ocurrió preguntarme si escribiría una ópera sobre La dama de picas. El libreto ya estaba hecho, nada menos que por mi hermano Modesto para el señor Klenovski. Lo leí, me gustó y un buen día decidía abandonarlo todo e irme a algún sitio del extranjero para trabajar sin interrupción”.

Se instaló en Florencia donde lo llevaría a cabo de un tirón entre enero y marzo lo que generó el consiguiente estupor. Chaikovski comentaba que “una de mis característica fundamentales es la rapidez. No puedo escribir como no sea con rapidez. Pero el que haya sido escrita con rapidez no significa que lo haya sido descuidadamente. Ha habido obras que he escrito lentamente como La hechicera o la Quinta sinfonía que no tuvieron éxito, pero he compuesto el ballet en tres semanas y Eugenio Oneguin también la hice con una rapidez increíble. El secreto es escribir con amor. Y desde luego escribí La dama de picas con amor, ¡Dios cómo lloré ayer cuando mi pobre Herman cantó su último suspiro! Estoy firmemente convencido de que La dama de picas es buena, pero lo que es más importante, se trata de una obra muy original”. Y concluía: “puede suceder que dentro de un año la deteste, como detesto muchas de mis obras, pero en este momento pienso que es la mejor y que, al escribirla, he conseguido algo importante”.

El manuscrito original permanece en la Biblioteca Musical Central del Teatro Mariinski donde es venerado como una obra de arte. Bajo la dirección del mítico Eduard Nápravník, ese mismo teatro acogió el estreno el 19 de diciembre de 1890, uno de los grandes triunfos de su carrera, aunque también tuvo sus sombras: Nadejna Philaretovna von Meck, su patrocinadora oculta, decidía por primera vez no asistir a la creación de una de sus obras. Dos meses antes sus peculiares e intensas relaciones epistolares se habían roto, posiblemente tras conocer sus tendencias homosexuales. Llena de pasajes hermosos para todos sus personajes, destaca el de la condesa, rol que eligen las cantantes veteranas y que en el Teatro Real compartirán la rumana Viorica Cortez y la rusa Elena Obrastzova.

Por cierto, la canción que canta la vieja dama en francés, convertida en centro neurálgico del segundo acto, es una trasposición de un aria de Ricardo Corazón de León de Grétry, ya que Chaikovski quería un proceso de estilización que mostrara a la condesa como una especie de fantasma del revolucionario siglo.

La ópera se articula sobre la obra de Pushkin aunque tiene algunos cambios, tanto en la potenciación de algunos personajes como por la transformación de época y de final.

Libreto adaptado
Aunque Chaikovski estaba encantado con el libreto que había realizado su hermano Modesto algunos han visto negativamente esta intromisión. Hace unos veinte años, la Ópera de París encargaba a Alfred Schnittke una adaptación para aproximarla a la historia original. Cuando el director Gennadi Rozhdestvenski se disponía a salir de Rusia para ensayarla apareció un artículo en Pravda, firmado por Algis Zhunajtis en el que acusaba a Schnittke y al propio maestro, de cometer un atentado contra un monumento de la cultura nacional. Como consecuencia se cancelaron las visas de ambos.

En el montaje de esta producción procedente de Los Ángeles, es marco para el protagonismo del tenor Plácido Domingo que ha convertido esta obra, junto al Parsifal y La walkiria de Wagner, en el tronco de su actual repertorio. El tenor confesaba al New York Times que “al principio pensé que no podría asumirlo porque el texto ruso es asesino. Estudié mi parte durante cuatro meses sólo cantándolo fonéticamente para luego aprender cada palabra con la traducción”. Domingo califica esta ópera como “casi una sinfonía, con partes muy líricas y momentos llenos de emociones apasionadas y desbordadas. Herman es una parte fascinante para el tenor, una especie de Otello ruso. Al borde del precipicio de la locura, débil y perdido, el desafío se extiende a la actuación”.

Aunque la versión de Domingo ha sido acogida con aplauso también le han acompañado algunas críticas, sobre todo porque el tenor ha tenido que bajar de tono algunos fragmentos. Frente a estas impresiones, aparecidas durante el Festival de Salzburgo, el director Valeri Gergiev salió en su defensa asegurando que Chaikovski habría aceptado estos cambios porque si Plácido no la hubiera cantado “se habría producido una gran pérdida para la cultura”.

Luis G. Iberni
El Cultural

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