La soprano Sondra Rodvanovsky ofrece este jueves un recital de bel canto en el Liceu
- El programa del recital no está anunciado, pero cantará piezas de Donizetti, Rajmáninov, Massenet, Bellini, Copland o Giordano. Es un repertorio variado, que mezcla lo contemporáneo con el bel canto y el verismo. ¿Cuál es la idea de fondo?
- Intento explicarle al público quién soy yo. No sólo como cantante, sino también como persona, es un resumen de mi vida. Cada tema tiene que ver conmigo de alguna manera u otra:Rajmáninov por mis orígenes rusos, Donizetti porque este año he cantado, seguidos, los papeles de sus tres reinas...
- Eso que comenta ha sido una hazaña: ha cantado Anna Bolena, Maria Stuarda y Roberto Deveraux en el MET de Nueva York en una sola temporada, algo que antes sólo había hecho allí Beverly Sills. ¿Cómo se ha quedado después de la experiencia?
- Creo que es lo más importante que he hecho en mi carrera hasta ahora. Fue algo agotador, porque no hubo pausas entre las óperas:terminaba de cantar una y comenzaba con la siguiente, mezclando los papeles en los ensayos. Era un proyecto aterrador.
- ¿Y cómo manejó la situación?
- Viviendo en el momento. No pensar en lo que había hecho el día anterior, ni tampoco en lo que tenía que hacer al día siguiente. He aprendido mucho, he mejorado como actriz, mi condición física ahora es mejor. Y cuando terminé, sentí una enorme liberación.
- ¿Lo volvería a hacer?
- Sin duda. Las tres óperas están en mi repertorio, y las canto con regularidad. Pero aún no tengo ninguna propuesta para cantarlas otra vez seguidas, en un solo teatro.
- Se le respeta sobre todo por cantar a Verdi y Puccini, pero en este momento de su carrera está muy centrada en el bel canto. ¿Le supone algún esfuerzo especial?
- Tengo 47 años y me encuentro en un buen momento. Para cantar bel canto necesitas agilidad, pero también fuerza. No te puedes esconder detrás de la música. Puccini te exige más energía, pero Bellini o Donizetti te obligan a hacer equilibrios en el filo de la navaja. Para mí es ideal, porque me mantiene la voz a punto. Siempre digo que Verdi es medicina para el alma, pero ahora mismo esa medicina la encuentro más en Bellini y Donizetti.
- Su voz es de una gran amplitud, ideal para papeles como Aída o Tosca. ¿Cómo gestiona los roles belcantistas con un instrumento tan distinto al de sus colegas?
- Tienes razón, no puedo cantar Anna Bolena de la misma manera en que cantaría Tosca. Debo adaptar la voz. Pero tengo la suerte de que mi técnica me lo permite. Debo mirarme en el espejo de las más grandes: Caballé cantó bel canto hasta el final, Maria Callas compaginaba papeles duros con otros más líricos, y Joan Sutherland terminó también cantando a Bellini. No es mi registro natural, pero mis cuerdas vocales me lo permiten. Hace diez años no lo creía posible, pero he terminado cantando Norma. En teoría, mi voz debería volverse más oscura, y debería empezar a plantearme incluir La fanciulla del West en mi repertorio, y sin embargo mi voz se está volviendo más ligera.
- Una de las representaciones de Norma en el Liceu de la temporada pasada se ha publicado en DVD. Aún así, es un momento difícil para grabar discos o vídeos. ¿Le sabe mal que la industria esté tan débil?
- Me entristece que ya no se puedan hacer grabaciones con la misma facilidad que en los 70 o los 80. Sería maravilloso que un sello quisiera grabar mis tres reinas, pero no se ha dado el caso. Las cantantes que tienen hoy un contrato estable para grabar discos son muy pocas, y las discográficas prefieren centrarse en los vídeos.
- ¿Se plantea añadir nuevos papeles a su repertorio?
- ¡Por supuesto! Aunque parezca mentira, esta temporada voy a debutar con Simon Boccanegra en Montecarlo, y más tarde la cantaré en París. También quiero añadir repertorio ruso, y en algún momento también empezaré con Poliutto.
- Este recital en el Liceu lo dará con Anthony Manoli, que a la vez es su profesor. ¿Es su manera de trabajar y entrenar a la vez?
- Sí... pero no. Es cierto que es mi profesor, pero también es un gran pianista. Nadie conoce mi voz como él. Anthony fue el primero que me dijo: «Dentro de unos años, cantarás Norma». Yo le aseguraba que eso era imposible. Él tenía razón, por supuesto.
- ¿Cómo nota la voz ahora mismo, en plena temporada?
- Estoy en un momento en el que debo cuidarme. A mi edad, el cuerpo cambia, muchas hormonas se despiertan, y necesito tiempo para descansar. Las navidades y el verano son sagrados. Pero por lo demás, canto cada día. Las cuerdas vocales son un músculo y hay que reforzarlas, así que cada día la noto más en forma. Por eso es tan importante para mí ofrecer recitales cuando no tengo funciones de ópera en semanas:me puedo reencontrar con el público, y a la vez practico. Me siento muy fuerte ahora mismo.