Los maestros italianos Roberto Abbado y Fabio Biondi asumirán la dirección de la orquesta del Palau de les Arts de Valencia a partir de la temporada 2015/2016. Con esta estructura bicéfala se quiere «consolidar el repertorio del siglo XIX y XX» (especialidad de Abbado), y al mismo tiempo «desarrollar el sonido barroco» (cometido que recaerá en Biondi, fundador del grupo Europa Galante y uno de los máximos especialistas en música del siglo XVII y principios del XVIII). Los nombramientos, conocidos durante la mañana de este lunes, se completan con la incorporación de Ramón Tébar (Valencia, 1978) como principal director invitado.

El nuevo intendente del teatro, Davide Livermore, resuelve así uno de los problemas más apremiantes de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, «huérfana» de director titular desde que finalizara el contrato del israelí Omer Meir Wellber hace más de un año.

El propio Roberto Abbado tuvo la oportunidad de comunicar esta noticia el lunes por la mañana a los músicos, quienes -según el relato de Livermore- reaccionaron con «sonrisas, aplausos espontáneos» y una batería de preguntas en torno a las nuevas directrices a seguir. El progresivo adelgazamiento de la orquesta –reducido actualmente a 53 miembros- y la renuncia de Zubin Mehta a continuar al frente del Festival del Mediterráneo habían sumido a la formación en un cierto desánimo. Por ello, la confirmación de estas tres batutas para los próximos cuatro años ha disipado muchas de sus incertidumbres. De hecho, Abbado y Biondi han comenzado ya a coordinar sus agendas para supervisar las audiciones que abrirá el Palau de les Arts el próximo mes de junio para cubrir catorce nuevas plazas en las secciones de violín, viola, violonchelo, contrabajo, fagot, trompa, trompeta y trombón.

En busca de la diferenciación

La incorporación de estos directores –cuyos perfiles de especialización solo coinciden en el belcanto- tendrá consecuencias directas tanto en la forma como en el contenido de la programación de la próxima temporada. Se sumarán más producciones líricas (serán doce en total, de las cuales Abbado dirigirá dos y Ramón Tébar una) y más conciertos sinfónicos. El aspecto más «arriesgado» tendrá que ver con el repertorio, que buscará la diferenciación (renunciando en ocasiones a títulos más populares). «La globalización ha hecho que se tienda a programar lo mismo en todo el mundo. En casi ningún teatro se escuchan títulos antiguos y barrocos –defendía Biondi mediante una llamada telefónica desde Londres-. No solo quiero dirigir Mozart, Händel y Vivaldi, sino investigar y reivindicar a figuras como Montiverdi. Creo que ese aspecto puede convertir a Valencia en un lugar muy especial y atraer a nuevos públicos».

La cuestión que se erige ahora es qué lugar ocuparán a partir de ahora compositores como Wagner o Strauss, en los que la orquesta ha trabajado con grandes resultados gracias a Zubin Mehta.

Roberto Abbado ha aceptado la oferta del Palau de les Arts después de comprobar la buena sintonía con la orquesta valenciana, a la que dirigió hace un mes con un «Don Pasquale», de Donizetti, que recabó gran éxito de crítica y público. «La reputación internacional de este teatro es muy alta y tiene un potencial increíble», apuntó al maestro milanés, para el que el contexto arquitectónico del edificio es también un aliciente importante. Confeso admirador de la obra de Santiago Calatrava, Abbado dedicó grandes elogios a la belleza del palacio de la ópera. «Es asombroso lo que puede llegar a hacer la fantasía del ser humano».