El pianista francés de origen italiano Aldo Ciccolini ha muerto a los 89 años en su domicilio de París, al que había regresado tras una estancia en el hospital, informó la emisora de radio «France Info».
Ciccolini había nacido en 1925 en Nápoles, de una familia con orígenes en Parma y en Cerdeña, y fue en esa ciudad del sur de Italia donde comenzó sus estudios musicales (el piano y la dirección de orquesta).
El premio del concurso Marguerite Long - Jacques Thibaud en 1949 en París impulsó su carrera y a partir de ahí se convirtió en un ardiente defensor de autores franceses como Erik Satie, Ravel o Debussy, así como de otros menos conocidos como Déodat de Séverac, Massenet o Chabrier.
Igualmente se jactaba de haber devuelto al repertorio obras «injustamente» dejadas de lado, como las Sonatas de Schubert o de Scarlatti y algunas composiciones de Liszt -uno de sus favoritos- y de compositores españoles.
El músico adoptó en 1971 la nacionalidad francesa en reconocimiento por lo que ese país le había dado, y que se tradujo igualmente en múltiples reconocimientos, como la Legión de Honor. Definía su relación con su profesión de músico como «un sacerdocio necesario para el placer de los oyentes».