Compositor y organista, Antonio Soler (1729-1783), más conocido como el Padre Soler, es una de las figuras más importantes de la música española y europea del siglo XVIII, con un catálogo de más de 400 obras en su haber, que abarca musical vocal, para órgano y clave, teatral, litúrgica...
Nacido en Olot, a los seis años ingresó en la Escolanía de Montserrat, donde comenzó sus lecciones de música y órgano. Ordenado sacerdote en 1752, su inquietud le llevó a ingresar en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, donde estudió con José de Nebra y Domenico Scarlatti. Allí se convertiría en primer organista, y en profesor de música del Infante Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III.
Con poca información sobre su obra y su vida, un documental, «Una Rosa para Soler», quiere arrojar algo más de luz sobre esta destacada figura a través de su música, interpretada por la pianista Rosa Torres-Pardo, el clavecinista Nicolau de Figueiredo, los bailares José Carlos Martínez y Lucía Lacarra, o la cantaora Rocío Márquez; y de las distintas opiniones de musicólogos y compositores, como Andrés Ruiz Tarazona, Alfredo Aracil o Ricardo Llorca.
«Es una figura bastante desconocida», afirma Torres Pardo, que ya llevó los quintetos de Soler al disco, con el Cuarteto Bretón, y participó en un espectáculo en el Teatro Real, con sus sonatas, en el que tomó parte la Compañía Nacional de Danza. Con algunos de «estos amigos», y Arantxa Aguirre, como guionista y directora, y la producción de José Luis López-Linares y Ángela Torres, ha sacado adelante esta película que realiza un recorrido por la biografía de Soler, y su contexto histórico. «Espero que este trabajo anime a hacer más cosas sobre esta época gloriosa, en una España donde la cultura floreció de manera increíble. Hay mucho que aprender de nuestra propia historia», señala la pianista.
El documental «no tiene un guión específico. Consistía en reunirnos un grupo de artistas y musicólogos para hablar de aquella época», planteando al mismo tiempo debates «sobre la interpretación de sus obras, si debe hacerse en clave historicista o no. Todo ello se hace de manera muy fluida y entre estas reflexiones se intercalan las interpretaciones musicales», explica. «En la película hay un ritmo vital desde el nacimiento de Soler, y un sentimiento de alegría por su música y cierta tristeza cuando quiso salir del monasterio y no se lo permitieron».
El rodaje se ha realizado en algunos escenarios naturales «como la Casita del Infante, que se construyó para hacer los conciertos y donde se estrenaron sus Quintetos. Allí toca el Fandango el guitarrista Alfredo Lagos». También se han rodado algunos fragmentos «en la biblioteca y en la Basílica del Monasterio de El Escorial, donde toca el órgano Adolfo Gutiérrez Viejo». Además de abordar su faceta musical, el filme se ocupa de su música teatral «y de otras facetas pues Soler fue un gran hombre ilustrado».
Después de su preestreno en Tokio y su presentación en Barcelona, «Una Rosa para Soler» llega a Madrid. Se puede ver en la Cineteca del Matadero los días 14, 17, 18 y 19 de noviembre.