El director de ópera Graham Vick asume «como un reto» la dirección de la zarzuela «Curro Vargas», un drama lírico en tres actos con música de Ruperto Chapí y libreto de Joaquín Dicenta y Antonio Paso, que ha sorprendido al controvertido maestro, «encantado» de trabajar en algo «completamente nuevo».
«He aceptado este trabajo sin ni siquiera leer el libreto -le llegó primero la partitura, explicó este martes durante la presentación a los medios-. La sorpresa ha sido enorme porque he descubierto un compositor totalmente nuevo para mí y después de años de hacer music hall, ópera, melodrama italiano, music drama (...), que son todas iguales para mí, música y palabras y ya está, esto es un reto», afirmó el británico, cuyo trabajo ya se pudo ver en el «Rigoletto», que protagonizaron hace una década Carlos Álvarez y Giuseppe Sabbatini en el Teatro Real.
Este viernes se estrenará la obra de Chapí en un montaje casi íntegro, indicó el director del Teatro de la Zarzuela, Paolo Pinamonti, inédito desde su estreno en el teatro Parish de Madrid en 1989. Este «Curro Vargas» incluye los 14 números musicales «y casi todos los versos», con una duración de tres horas y cuarenta minutos.
La zarzuela será «toda una sorpresa para el espectador», ya sea entendido o no, apuntó el director musical, Guillermo García Calvo, que se alternará en el foso con Martín Baeza, y que le dejará «con la boca abierta», aseguró.
Director polémico
Polémico y no solo por sus montajes, (Vick opina que los teatros no son museos, sino entes vivos al servicio de las obras, lo cual le permitió, por ejemplo, destrozar la ópera de Lisboa para cambiar de sitio el escenario para su «El anillo del nibelungo»), el de Liverpool hizo gala de su humor en la rueda de prensa: «Antes de esto, yo sólo sabía del género por YouTube», dice.
«Ahora es más barato pasar una semana en Egipto en un barco que comprar dos entradas para la Scala», ha seguido con su ironía británica antes de explicar que no le interesa «en absoluto» hacer una reconstrucción histórica de la España decimonónica en la que se encuadra la obra, sino que lo que le «convence» son «las reflexiones que están dentro».
«Es un texto rico, que se puede interpretar, que tiene muchas claves de lectura y que habla también al hombre de hoy, porque interpreta qué significa ser hombre; no es solo una historia rural, o costumbrista, con versos y danzas folclóricas, Chapí trasciende estos elementos para hablar del machismo, de la intolerancia», explica Pinamonti a Efe.
El libreto, basado en la novela «El niño de la bola», de Alarcón, publicada en 1880, cuenta la historia del regreso al pueblo de Curro Vargas (interpretado por el tenor Andeka Gorrotxategi), un antiguo pretendiente de Soledad (Saoia Hernández y Milagros Martín) a quien ella había jurado fidelidad, pero que fue despreciado porque su padre quería para ella un marido rico.
Texto fundamental
Para el director de la Zarzuela madrileña, esta propuesta que estará en escena hasta el 28 de febrero y el 1 y 2 de marzo, no es una mera curiosidad musicológica, sino que recupera un texto fundamental del teatro lírico español de aquella época, «un momento previo a la irrupción de Wagner, o el teatro naturalista, como experimento hacia el hallazgo de nuevos caminos».
«Es una obra muy seria, muy operística, y contiene menos dosis de comedia que el resto del género», indicó Vick, quien ha recordado: «de inmediato tuve la impresión de que es una 'Cavalleria rusticana' a la española».
Preguntado por los detalles del montaje y si mantendrá la acción en la Alpujarra, o si las cantantes lucirán trajes de época, Vick ha contestado: «Tendréis que esperar», única respuesta del británico, esta vez en inglés, que no ha permitido hasta el momento que trascendieran imágenes del montaje, mientras el resto de las explicaciones las daba en italiano.