Este próximo fin de semana, los espectadores que se acerquen por el Auditori de Barcelona tendrán la oportunidad de ver en acción, al frente de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, a uno de los grandes renovadores de la interpretación de la música del Romanticismo de los últimos años, el director danés Thomas Dausgaard. Como señaló Pablo-R. Rodríguez en su comentario a la grabación de las Sinfonías 2 y 4 de Schumann para BIS, ‘Dausgaard pertenece a la generación de directores que aplican con eficacia los criterios interpretativos del historicismo a las formaciones sinfónicas modernas. Su filosofía de trabajo consiste en hacer sonar el repertorio convencional de otra manera’. Al frente de la Orquesta de Cámara Sueca, formación de la que fue titular y con la que sigue manteniendo una regular e intensa colaboración, Dausgaard emprendió para el sello sueco, a mediados de la pasada década, un proyecto de grabación de las grandes obras sinfónicas del repertorio romántico. A sus primeras grabaciones de sinfonías de Schubert, Schumann y Dvorak, que causaron gran impacto no exento de polémica, han seguido acercamientos sucesivos a Bruckner, Brahms, Tchaikovski y muy recientemente Wagner, en un magnífico registro con Nina Stemme cantando los Wesendonck Lieder.
El programa que Dausgaard y la OBC ofrecerán en el Auditori incluye una de las grandes especialidades del director de Copenhague, la Segunda Sinfonía de Schumann , junto con el Concierto para piano n.2, Egipcio, de Camille Saint-Saëns, con Javier Perianes en la parte solista, y un guiño al público local en forma de suculento aperitivo: la Pedrelliana de Robert Gerhard. Está por ver cómo opera esa ‘visión equilibrada y cristalina que permite atisbar con claridad el espíritu camerístico y liederista que late tras esta música’ (de nuevo en palabras de Pablo-L. Rodríguez) en la formación catalana, así como en la Orquesta de RTVE, formación a la que Dausgaard dirigirá en el Teatro Monumental de Madrid los próximos 10 y 11 de abril, con el Stabat Mater de Szymanovski y la Segunda Sinfonía de Bruckner en atriles.