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NOTÍCIA

Violinschule, de Leopold Mozart (1)

24/10/2013 |

 

 

Amb motiu de la primera edició en castellà del Tractat de violí que va publicar Leopold Mozart el 1756, Jordi Cervelló dedica a partir d’avui una sèrie d’escrits a analitzar i aprofundir en el text del pare de Mozart. Us animem, des d’aquí, a seguir-los.

Leopold Mozart 2

Sabía del tratado de violín de Leopold Mozart (1719-1787), que además de compositor fue un excelente violinista. Dicho tratado, escrito en 1756 bajo el título de Violinschule, fue uno de los primeros métodos para violín y tuvo un éxito inmediato, ejerciendo una notoria influencia en la escuela alemana de violín a partir de la segunda mitad del siglo XVIII.

A la edición de 1756, le siguieron otras dos: de 1769-70 y de 1787, año de la muerte de su autor. Como se puede observar, la edición de 1756 coincide con el nacimiento de su hijo Wolfgang Amadeus.

Un gran regalo nos ofrece Editorial Arpegio con la reciente aparición de Violinschule (Escuela de violín), traducida al castellano por la musicóloga y pianista Nieves Pascual León, quien realiza una traducción crítica a partir de la edición de 1756.

Leopold Mozart escribió su tratado influído por su amigo, el compositor, musicólogo y crítico musical Friedrich W. Marpurg (1718-1795), quien ya en sus escritos deploraba la inexistencia de un amplio tratado sobre didáctica violinística. Mozart sabía que tenía capacidad y conocimientos para cubrir esa laguna, dada su experiencia como profesor de violín.

Leopold escribe su método a partir de una serie de normas que iba escribiendo para sus discípulos y en 1755 acuerda su publicación con el editor e impresor Johann Jacob Lotter. La edición española publicada este año ha llegado a nuestras manos y por fin he podido realizar una atenta lectura de un libro que cumple nada menos que 257 años de existencia. Cual es mi sorpresa cuando al leerlo compruebo que su contenido, tanto en  lo que se refiere a cuestiones posturales con el instrumento, como lo referente al control del arco, sus arcadas, el sonido, el vibrato…, y un sinnúmero de consejos sobre la calidad interpretativa, sea una publicación todavía vigente en el día de hoy. Y no es nada frecuente que una publicación de tantos años pueda todavía tener interés, teniendo en cuenta que la evolución de la  técnica de este instrumento, desde que fue escrito hasta el día de hoy, ha sido espectacular llegando a límites impensables de su dominio.

El mérito de Leopold Mozart es, pues, grande, al lograr un texto que en su época fue muy valorado por los profesores de violín y que a pesar del larguísimo período transcurrido desde entonces conserve todavía muchos aspectos vigentes y de manera especial  los principios básicos.

Evidentemente  Leopold Mozart conocía la siempre emergente escuela italiana de violín y especialmente a tres de los autores que le precedieron, como fueron los grandes violinistas y compositores Francesco Geminiani (1674-1762), al que se debe un tratado titulado El arte de tocar el violín (1751); Pietro Locatelli  (1693-1764), con sus 24 Capricci para violín solo, que lo convierten en el primer violinista en utilizar las más altas posiciones; y Giuseppe Tartini (1692-1770), famoso por su sonata Il trillo del diavolo y autor de diversos tratados didácticos. Entre ellos figuran las Lezioni pratiche del violino, escrito en 1740, sobre el que es necesario hacer un comentario que creemos importante. Esta obra de Tartini es una especie de sumario, que trata especialmente sobre los abbellimenti  (adornos, ornamentaciones, etc.); conocido también por el título en francés Traité des agrémens, dado que se publicó en Francia el año 1771. Y es sabido que Leopold Mozart conocía esta obra y que la consultó mientras escribía su Violonschule, como prueban algunos ejemplos extraidos directamente de la obra de Tartini, posiblemente en la edición posterior a la de 1756, así como algunos pasajes técnicos que no se entienden si no se relacionan con el texto tartiniano.

De todas formas, Leopold Mozart, tenía su personalidad y parece que discrepó en algún aspecto de la obra de Tartini, en especial sobre el capítulo que dedica a la realización de los trinos.

Jordi Cervelló

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