Eva-Maria Westbroek llega exhausta a la entrevista. El pasado fin de semana interpretaba el papel de Sieglinde, de «La valquiria», junto a la Filarmónica de Berlín, bajo la batuta de Simon Rattle, y estos días esta inmersa en un nuevo papel wagneriano, Isolda, que cantará por primera vez este sábado como cierre del Festival de LXI Ópera de la Coruña. «No es muy difícil pero es muy largo», argumenta en un español muy notable después de uno de los ensayos. Un debut muy esperado de la que es considerada actualmente una de las grandes voces wagnerianas, muy a su pesar, pues sus ambiciones líricas pasan por interpretar otros repertorios. «Si me dieran a elegir, cantaría Madama Butterfly. Es mi ópera favorita pero nadie me quiere», bromea la soprano holandesa, nacida accidentalmente en la ciudad irlandesa de Belfast donde su padre, geólogo, desarrollaba un proyecto.
«Si me dieran a elegir, cantaría Madama Butterfly»
Mientras en Dresde compartirá escenario con su marido, el tenor Frank van Aken, en La Coruña, donde se ofrecerá en versión de concierto, el papel de Tristán será interpetado por Stephen Gould. Completan el reparto Iris Vermillion, Gidon Saks, Jukka Rasilainen y Borja Quiza. Al frente de la Sinfónica de Galicia se pondrá una de las grandes y experimentadas batutas del panorama internacional, Eliahu Inbal.
Música y filosofía
La soprano holandesa asegura que lo más difícil de este personaje, además de su longitud, es «el idioma y la filosofía. No entiendo todo», se lamenta. Y señala las diferencias con otros personajes wagnerianos como Sieglinde, que ha interpretado a las órdenes de Rattle, Thielemann (en el Festival de Bayreuth) y James Levine (en la producción de Robert Lepage). «En Sieglinde todo es muy natural. Lo que dice es lo que es; pero ‘Tristán e Isolda’ es filosofía, es Schopenhauer... Es muy complicado». Entre sus próximas citas con este personajes se encuentra el Festival de Bayreuth en 2015.
Westbroek reniega un poco de esa etiqueta de cantante wagneriana que se han empeñado en endosarle. «Todo el mundo me pregunta por esta faceta pero a lo largo del año solo canto uno o dos papeles de Wagner, el resto es repertorio italiano, francés, ruso... Canto desde ‘Jenufa’ de Janacek a ‘La Fanciulla del West’ de Puccini, en el que está mi personaje favorito, Minnie; ‘Manon Lescaut’ (que acaba de incorporar a su repertorio)...».
En el Teatro Real de Madrid se la pudo escuchar hace dos temporadas en «Lady Macbeth de Mtsensk» de Shostakovich, y también se ha atrevido con música más actual al encarnar en 2011 en el Covent Garden a la conejita de Play Boy Anne Nicole Smith, en la ópera compuesta por Mark-Anthony Turnage. Un personaje muy polémico , «y muy bonito», matiza la soprano mientras recuerda que nunca antes tanta gente quiso tocarla, «tanto hombres como mujeres querían tocar mi pecho postizo», se ríe.
Westbroek no considera que esta entronización como soprano wagneriana se deba a una crisis de voces wagnerianas, que ella niega de manera tajante. «Hay muchas voces, muchas Isoldas fantásticas...». Y entre sus referencias señala a «Kirsten Flagstad, Helena Braun... También me gusta mucho Nina Stemme».
Una camarera que llegó a Bayreuth
Aunque la soprano puede presumir de haber alcanzado la cima, sus comienzos fueron un tanto accidentados. Tras abandonar el violín, quiso cantar jazz, «pero mi profesora era cantante de ópera y me dijo que tenía una voz para la ópera. Después escuché una ‘Traviata’ con Pavarotti y para mí fue como una revelación». A pesar de haber ganado un concurso en Roma, cantando «Tosca», su carrera no logró despegar.
«Nadie me quería por mi tipo de voz, pesada, y mi juventud»
Repertorio verista
Entre sus proyectos para esta temporada se encuentra incorporar a su repertorio el papel de Katia Kabanova, de nuevo de Janacek. En cuanto al repertorio wagneriano asegura que no quiere ir más allá de Isolda. «Es el final. No quiero ir más lejos con Wagner. No quiero cantar Kundry, ni Brunilda..., cosas demasiado pesadas. Tengo que tener mucho cuidado con estas obras porque me gustaría cantar muchos años, y cantar mucho Verdi, Puccini... Mi sueño es cantar mucho verismo», confiesa.