12/9/2013 |
Joan Matabosch, en el Liceu. | Efe
La pelea con Mortier, en cualquier caso, es historia. El lunes pasado, el entorno del teatro dejó caer que Matabosch era su hombre. Sin embargo, el martes, se supo que el deseo personal del ministro Wert de que Pedro Halffter ocupara la plaza congelaron el nombramiento. Wert ofreció una solución por la que Matabosch aparecería como director artístico y Halffter, como director musical. El catalán exigió poder elegir a su director musical. Si no, no aceptaría la oferta.
Ayer por la noche, ya llegaban rumores de que el ministro estaba dispuesto a ceder, convencido por Gregorio Marañón y por su secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle. El propio Halffter se desmarcó de la operación ante ELMUNDO.es. El camino estaba despejado para que la Comisión Ejecutiva del Real, convocada para hoy, cerrara el acuerdo.
Marañón, personalmente, condujo las entrevistas para seleccionar al nuevo director artístico, en las participaron varios candidatos de España, Europa y Estados Unidos. Matabosch gustó por su proyecto, por su buena fama internacional, por su experiencia (sobre todo, por su conocimiento de las servidumbres y las circunstancias de un teatro de la ópera en España), por su capacidad de jugar en dos ligas (la de la vanguardia y la del público)... y también por el valor simbólico de ser catalán, de ser el gran protagonista de la historia reciente del Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
Cuando Matabosch se incorporó al Liceu, justo en el momento de su reapertura tras el incendio de 1994, Barcelona era una ciudad más importante que Madrid en el mundo de la ópera. La figura del director artístico ha crecido durante estos años, mientras que su teatro entraba en un periodo de incertidumbre y estrecheces económicas. Con el viaje a Madrid de Matabosch, el Real se pone por delante de su par barcelonés.
En Matabosch se valora también su personalidad prudente, un bálsamo después de los tormentosos años de Mortier. El belga prometió la semana pasada en 'El País' que se marcharía al día siguiente de que el Real anunciara un sucesor para su puesto que no hubiera elegido él. Esta mañana no ha estado presente en la reunión de la comisión ejecutiva, ya que está ingresado en un hospital en Alemania, de modo que en el Real no descartan su dimisión inminente. De confirmarse, dejaría la programación de las dos próximas temporadas prácticamente cerrada.
José María Plaza / Luis Aleman
El Mundo