Sin embargo, tanto el Ministerio de Cultura como la Secretaría de Estado estarían de acuerdo con el presidente del Patronato del Real, Gregorio Marañón, en optar por Matabosch para el cargo. La sustitución, de hacerse efectiva, debería producirse a partir de 2016, cuando teóricamente finaliza el contrato de Mortier. Sin embargo, la eventual enfermedad del gestor belga y la discordancia que mantiene con la dirección del teatro de Madrid podrían precipitar su salida.
De llevarse a cabo el trasvase, el Liceu recibiría la noticia en un momento en el que no sólo se halla cerrado a causa del ERE que afecta a toda su plantilla hasta el 24 de septiembre, lo que es un claro reflejo de la situación económica que atraviesa, sinó que ni siquiera está cubierta su dirección general. El presidente de la Fundación del Gran Teatre, Joaquim Molins, optó por no renovar a principios de julio al anterior gestor, Joan Francesc Marco, y encargar a una empresa cazatalentos una selección de candidatos a sucederle.
La relación de Joan Matabosch con el Liceu se remonta al 1993, cuando inició una colaboración como dramaturgo. Tras un periodo como ayudante de la dirección artística, asumió el cargo en la etapa que comenzó el Gran Teatre tras el incendio acaecido en 1994. Son 15 años pues al frente de la gestión artística que ahora quedaría descabezada.
Gran parte de la sociedad civil vinculada al Liceu lamenta la noticia aunque, por lo general, se manifiesta a favor de una saludable alternancia. Mortier, por su parte, valora la gestión de Matabosch pero asegura que "la colaboración que mantenemos con el Liceu es más valiosa que traerle aquí".