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James DePriest, el primer director de orquesta negro que hizo una carrera internacional -siguiendo los pasos del pionero Dean Dixon-, ha muerto en Scottsdale, Arizona, a los 76 años de resultas de una dolencia cardiaca. DePriest, sobrino de la contralto Marian Anderson, nació en Filadelfia y padeció poliomielitis en su infancia, lo que le obligó a usar prótesis y moverse con muletas el resto de su vida. Ganador del Premio Mitropoulos de dirección de orquesta, tras comenzar su formación académica como futuro abogado, fue asistente de Leonard Bernstein en la Filarmónica de Nueva York, aunque su principal tarea fue la de convertir la Sinfónica de Oregón en una orquesta de excelente nivel. En Europa trabajó sobre todo como director de la Sinfónica de Malmoe y la Filarmónica de Montecarlo. Fue un destacado intérprete de la música de Sibelius y Shostakovich. En España dirigió una memorable sesión a la OSRTVE en la que actuó como solista del Concierto de Sibelius la violinista norteamericaan Anne Akiko Meyers.