Esta noche, la suite ampurdanesa del compositor Juli Garreta y el concierto desconcertante con música de Ros Marbà y texto de Miquel Desclot, han dado el pistoletazo de salida al festival. Los protagonistas ha sido las voces de 250 niños y jóvenes procedentes de las escuelas de música de Girona, Palafrugell, el Conservatorio de Vic y la Escuela de Música de Sant Feliu de Guíxols.
La OSV repetirá su participación el próximo 24 de agosto en el Monasterio, con el Réquiem de Fauré, dirigido por el director titular, Rubén Gimeno, y con la participación del Coro Madrigal y los solistas, María Chapman y Marc Canturri.
Como curiosidad, una de las jóvenes que ha cantado en la inauguración es Marta Montpeyó, la Vic que ha sacado la nota más alta de la selectividad en comarcas centrales. Montpeyó compagina desde muy pequeña los estudios convencionales con la formación musical. Este año ha hecho el quinto curso de grado profesional de música. Toca la flauta travesera y canta en el coro de chicas del Conservatorio de Vic.
Aniversario, primera parte
El festival de la Porta Ferrada de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà) presume de ser el más antiguo de Catalunya y, por ello, ha decidido celebrar las 50 ediciones-la primera fue en 1958 pero algún año no hubo festival- a caballo entre este 2012 y el año que viene (será la edición 50 +1).
Además, este año el festival arranca coincidiendo con la inauguración del espacio Thyssen, unas salas del Palacio del Abad que se han acondicionado para acoger la primera exposición procedente de la colección de la baronesa Carmen Thyssen. El ayuntamiento y la baronesa han acordado hacer exposiciones temporales hasta que las administraciones vuelvan a tener presupuesto y se pueda construir el futuro museo en la fábrica de corcho de Can Serra.
El coste del festival, que es público y promovido por el ayuntamiento, es de 1, 4 millones de euros, aportados en un 25% por patrocinadores y empresas, 35% procedentes de la venta de entradas y un 40% de fondos públicos (Ayuntamiento de Sant Feliu de Guíxols, Diputación de Girona, Ministerio de Cultura y Generalitat). Para este año ya pesar de los intentos de las instituciones de la demarcación, no han conseguido que Cultura designe el festival como acontecimiento de excepcional, lo que supondría que los patrocinadores tuvieran ventajas en forma de desgravaciones fiscales.