Cinco veces gracias
2/2/2004 |
La Sinfónica de Bilbao cierra con éxito su segunda participación en el festival La Follé Journée de Nantes.
Hasta cinco veces salió ayer Juan José Mena, director de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS), a saludar a las cerca de 2.000 personas que llenaron un auditorio del palacio de Congresos de Nantes antes de las diez de la mañana para escuchar la sinfonía Lobgesang, de Mendelssohn, interpretada junto a la Coral de Bilbao. Mena lanzó un respetuoso beso al público para acabar con los aplausos y poder retirarse: el concierto formaba parte del festival La Folle Journée y si las actuaciones se demoran unos minutos sería imposible cumplir un progama de 253 conciertos en cinco días, que se suceden sin interrupciones en siete salas.
"Aquí no se pueden dar propinas", decía Mena exultante apenas terminado el concierto. Los elogios para el público francés fueron proporcionales a los aplausos recibidos. "La participación en festivales da una fuerza interior especial. Motiva y la capacidad de la música es mucho mayor; hay un trasvase de energía con el público".
La BOS acudió el pasado fin de semana al festival de Nantes por segunda vez, para ofrecer dos conciertos con programas diferentes. La Coral de Bilbao ha participado ya en siete ediciones del certamen francés. Tras la actuación de los 80 coralistas por la mañana, el coro de mujeres cantó por la tarde una pieza de El Sueño de una noche de verano, de Mendelssohn, con la centenaria Orquesta Lamoureux.
La Folle Journée se celebró en Nantes, una localidad de unos 280.000 habitantes situada a orillas del Loira, por vez primera en 1995. Cerca de 15.000 personas asistieron entonces a los conciertos organizados con una fórmula que pretende quitar solemnidad y acercar la música clásica al público a base de concentrar una gran oferta en un mismo espacio en pocos días y de vender las entradas a precios reducidos. La Folle Journée ha logrado prestigio y un público masivo con abundancia de actuaciones (desde conciertos sinfónicos y de cámara, a actuaciones de solistas y corales) y con presencia de grandes nombres, así como de grupos de estudiantes tocando en el atrio del palacio de congresos.
Los organizadores tomaron el nombre de La Folle Journée del subtítulo de la opera de Mozart Las bodas de Fígaro, cuyo vertiginoso argumento se desarrolla en un solo día, pero en poco tiempo el éxito de la propuesta hizo que se prolongase durante un fin de semana completo. En 2001, ya duraba tres días y vendía 100.000 entradas. Este año, el festival ha durado de miércoles a domingo y se ha extendido en las mismas fechas a otras cuatro ciudades del país vecino. En total, más de 230.000 localidades distribuidas para escuchar a 1.800 de intérpretes, entre ellos la soprano estadounidense Barbara Hendricks, varias orquestas nacionales francesas, como la de Burdeos-Aquitania y la del País del Loira, o la formación barroca Concerto Köln con Jordi Savall.
La idea de La Folle Journée se exportó primero a Lisboa y en 2002 a Bilbao con el título Musika, Música y el Euskalduna como escenario. Este año volverá a celebrarse, por tercer ejercicio consecutivo, entre el 12 y el 14 de marzo con una versión reducida de la maratoniana oferta de Nantes, girando en torno a la generación 1810, que formaron Chopin, Schumann, Liszt y Mendelssohn. La BOS repetirá el programa interpretado en Nantes.
Eva Larrauri
El País