ClàssicsWeb, el teu espai

Almanac

Cerca de notícies

Paraules:
Tema:
Inici: Escollir data inici
Fí: Escollir data fi
Ajuda
Verso

NOTÍCIA

Pablo Heras-Casado: «No soy mitómano, la Filarmónica de Berlín ha sido mi único mito»

17/10/2011 |

 

El director granadino se pondrá al frente de la prestigiosa agrupación alemana el 20 de octubre. «Cuando me llamaron no podía creerlo», dice.

 Pablo Heras-Casado (Granada, 1977) apenas ha tenido dos semanas de vacaciones este año. Desde su debut a lo grande en el Teatro Real con «Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny», de la mano de Mortier, los compromisos acapararon su agenda: Tokio, Berlín, Los Ángeles, Nueva York, Boston, Houston... Hace unas semanas, abrió la temporada de la Ópera de Toronto con «Ifigenia en Táuride». Tras las representaciones de la ópera de Gluck, que concluyen el 15 de octubre, el músico granadino viajará directamente a la capital alemana, en la que se enfrentará a un nuevo reto: la Filarmónica de Berlín, una de las mejores orquestas del mundo, que pocos directores españoles han tenido la posibilidad de liderar. Heras-Casado es uno de los privilegiados. «Nunca fui mitómano, pero el único mito que he tenido en mi vida ha sido esta orquesta», confiesa a ABC.

 

Con una extraordinaria trayectoria, en la que ha tocado muchos palos —como cantante y como director, desde la música antigua a la contemporánea—, y en la que ha colaborado ya con algunas de las mejores orquestas internacionales, ahora se enfrenta a esta experiencia «con naturalidad. Durante los últimos años he dirigido agrupaciones con las que nunca había soñado trabajar, pero cuando te llama la Filarmónica de Berlín casi no te lo puedes creer». Asegura que se enfrenta a este momento «con mucha ilusión y sobre todo con mucha responsabilidad, porque es un impulso y un acicate para seguir trabajando».

—¿Ha elegido usted el programa?
—Sí, en conversación con Simon Rattle, y él a su vez con los músicos de la orquesta, porque es ella la que cuando invita a un director decide qué es lo que se toca. Ha sido un diálogo de meses hasta encontrarlo. Un proceso emocionante y gratificante al mismo tiempo. Más que de llegada, este es un punto de partida...

—Incluye la obertura de «Hebrides» y la «Sinfonía “Escocesa”» de Mendelssohn; la «Sinfonía concertante», para piano y orquesta, de Zymanowski, y «Quatre dédicaces», de Berio. ¿Hay algún hilo conductor?
—No. A mí en general me interesa menos ese aspecto que el hecho de programar un conjunto de piezas de gran calidad —estas son obras maestras— y que funcionen bien juntas. Es algo semejante a la pintura abstracta, que tiene equilibrio, intensidad, color, fuerza artística... pero no está contando nada concreto. Se trata de tres grandes compositores, pero que se programan menos de lo que cree la gente. Ese es el caso de Zymanowski, de quien Boulez y Rattle —en Birminghan— han sido grandes defensores. Pero es cierto que la Filarmónica de Berlín no lo ha tocado mucho. Y lo mismo sucede con Berio, que sí forma parte de la programación de este año de la orquesta, pero creo que esta obra no la ha interpretado nunca. En el caso de Mendelssohn, aunque parezca mentira, también sucede lo mismo.

—Parece que se lo ha querido poner un poco difícil a la orquesta...
—Siempre lo pongo difícil, allá adonde voy, y por extensión también me lo pongo a mí. No me interesa ir sobre valores seguros. Pienso en lo que les puedo ofrecer a la orquesta y al público, intentando buscar un equilibrio. Para mí el riesgo es parte intrínseca del arte, y como intérpretes tenemos que arriesgar y hacer que el público descubra nuevas perspectivas.

—No se plantea metas...
—Nunca trabajo con objetivos a largo plazo, ni me planteé, cuando empecé, que me iba a dedicar a dirigir.

—De hecho, usted comenzó cantando en un coro cuando era un niño.
—Todo vino de manera natural, con mucho trabajo y mucha dedicación. Lo de la dirección sucedió cuando me di cuenta de que había llegado a mis límites como cantante tras haber investigado y profundizado en el repertorio. Y lo mismo me sucedió en la dirección, cuando encontré los límites me dediqué a profundizar en la música contemporánea. Así se fue ampliando mi repertorio y me fui interesando por otro tipo de formaciones, pero nunca pensé que quería dedicarme a esto. Todo ha venido así, por un interés estrictamente musical. Más que la forma me ha interesado el contenido. Por eso sigo dirigiendo a unos y a otros, y también a grupos vocales y orquestas barrocas. Para mí se trata de hacer una trayectoria orgánica.

SUSANA GAVIÑA
Abc

Catclàssics, música clàssica de Catalunya a internet