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La Biblioteca Nacional devuelve una partitura de Falla perdida hace 50 años

7/10/2011 |

 

La partitura, que ya ha sido devuelta al Conservatorio de Madrid, fue encontrada de manera casual al catalogar los fondos donados por Margarita Duport Barrero.

La Biblioteca Nacional tiene uno de los más ricos y variados fondos musicales, poco conocidos debido a que el foco de atención siempre se ha posado más en la parte histórica y literaria de sus obras. Sin embargo, su departamento musical no cesa de ampliar su catálogo gracias a las donaciones realizadas tanto por instituciones como por particulares, que de esta manera aseguran la pervivencia de sus tesoros. Así a través de la donación de una particular es como ha sido posible encontrar una partitura de Falla, La vida breve, perdida hace medio siglo.

Ha sido la propia BNE la que ha anunciado el descubrimiento a través de un comunicado en el que confirma que la partitura de Manuel de Falla La vie brève «hacía cincuenta años que faltaba de su estante en el Conservatorio de Música de Madrid. Cómo y cuándo se perdió -se preguntan- era un misterio que ha podido resolverse gracias a un casual descubrimiento en la Biblioteca Nacional de España».

Según la institución el descubrimiento tuvo lugar en marzo del año 2010, «cuando Margarita Duport Barrero donó a la BNE una serie de publicaciones, documentos, partituras, fotografías y reportajes de prensa relacionados con el músico y la obra musical de Federico Senén López-Alonso (su tío)». Al procesar la donación «hace dos semanas», se encontró en la BNE una partitura de Manuel de Falla La vie brève «que tenía sello y signatura del Conservatorio de Música de Madrid y que posiblemente Senén sacó en préstamo del Conservatorio y se olvidó devolverla o la muerte se lo impidió».

Legítimo dueño
Inmediatamente, la BNE se puso en contacto con el Conservatorio y pudo confirmar que ese documento faltaba desde hacía cincuenta años (Federico Senén falleció en 1961). La BNE devolvió a continuación la partitura «a su legítimo dueño, el Conservatorio», que no salía de su asombro al comprobar que «había aparecido la importante obra después de tantos años».

La BNE concluye el comunicado con una exclamación de orgullo: «¡Para que luego digan que los libros no se devuelven! Lo que no sabemos es a cuánto ascendería la multa por devolver una obra cincuenta años después».

S. Gaviña
Abc